Dentro de las habilidades personales, las habilidades cognitivas engloban todos los procesos por los cuales un individuo percibe, registra, retiene, recupera, manipula, usa y expresa información y se involucran en cualquier tarea a la que nos enfrentamos, desde la más simple hasta la más compleja.
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Habilidades cognitivas básicas de los seres humanos
-La percepción se refiere a las formas en que la información adquirida del entorno a través de los órganos de los sentidos (vista, tacto, oído, etc.) se transforma en la experiencia de objetos, eventos, sonidos, gustos, sabores, etc.
-El reconocimiento es la capacidad de categorizar un objeto (ej: cuando vemos un periquito lo reconocemos como perteneciente a la categoría de «pájaros»), pero también sirve para asociar el objeto con las representaciones que describen su uso (cuando reconozco un objeto como un «lápiz» activo el conocimiento, sé que «sirve para escribir»).
–La atención es esa función que permite al individuo filtrar y procesar información o entradas del entorno externo. Se puede descomponer en diferentes componentes: Atención dividida cuando el sujeto realiza varias tareas a la vez, Atención sostenida (vigilancia) cuando tenemos que prestar atención a una fuente de información durante un tiempo prolongado, Atención selectiva cuando seleccionamos estímulos de entre otros que actúan como distracción; como cuando en una fiesta hablamos con otra persona, mientras tanto hay muchos estímulos auditivos (música, otras personas hablando).
-La memoria es la capacidad de almacenar nuevos recuerdos y recuperarlos con el tiempo. Hay varios tipos de memoria: La memoria a largo plazo (MLT) tiene capacidades ilimitadas y puede almacenar información durante períodos extremadamente largos. La memoria declarativa que atañe a todo el conocimiento explícito que tenemos sobre el mundo (los peces nadan) forma parte de la MLT y se divide en memoria semántica (todo lo que sé sobre los peces) y episódica, es decir, vinculada a episodios de nuestra vida (la vez que vi un pez nadando); la memoria procedimental, por otro lado, se compone de conocimientos que no se pueden expresar con palabras (como andar en bicicleta, conducir un automóvil, etc.). Y por otro lado, la memoria a corto plazo, en la que se incluye la memoria de trabajo que nos permite trabajar durante un periodo limitado de tiempo con la información (un ejemplo es cuando hacemos operaciones matemáticas).
-Las habilidades motoras, es decir, la capacidad de mover los músculos y el cuerpo y la capacidad de manipular objetos.
-El lenguaje, es decir, la capacidad de traducir sonidos o escritos en palabras (comprensión) y la capacidad de generar resultados verbales o escritos (la producción del lenguaje).
-Las funciones ejecutivas, se encargan de coordinar todas las habilidades cognitivas básicas e intervienen en las actividades complejas que realizamos a diario (cocinar, planificar la jornada de estudio), pero entran en juego especialmente cuando hay una situación nueva o inesperada a la que enfrentarse, cuando tenemos que encontrar otras nuevas. Soluciones y desarrollar nuevas estrategias (por ejemplo, una nueva tarea que se nos encomiende en el trabajo).
Ventajas de entrenar las habilidades cognitivas
Los seres humanos dependemos de Para un mejor manejo de las capacidades cognitivas se recomienda poner en práctica algunos ejercicios, tanto físicos como mentales. Los juegos, así como la práctica de deportes, actividades artísticas, ejercicios de atención y actividades educativas intervienen para un adecuado desarrollo de las capacidades cognitivas.
Prácticamente todas las actividades que realizan los seres humanos requieren el uso de estas habilidades. Cuando se usan, en el cerebro se generan millones de conexiones neuronales que activan diferentes áreas. Así es como reaccionan las personas adaptándose a las circunstancias después de procesar esta información.
Cada habilidad cognitiva puede involucrar un área específica del cerebro o ser el resultado de una red de conexiones entre diferentes áreas del cerebro.
Las lesiones o disfunciones cerebrales debidas a patologías, traumatismos u otras condiciones neurológicas, pueden afectar áreas muy limitadas o más extensas y, en consecuencia, repercutir en funciones cognitivas específicas únicas o en múltiples funciones.
Por todo ello, en nuestro día a día es recomendable entrenarlas y especialmente de cara a la vejez. El cerebro es plástico incluso cuando nos hacemos adultos o envejecemos, y el entrenamiento en las distintas habilidades protege al cerebro de diversas patologías y lo mantiene más joven.
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