Escribo este primer post de reflexión sobre la psicología en un momento que considero que es muy oportuno por varias razones; el inicio de mi blog, el inicio del 2021 y sobretodo, la pandemia.
Por desgracia, el año 2020 ha sido muy duro emocionalmente. A la fuerza, nos hemos dado cuenta de lo importante que es la salud mental. Conocerse a sí mismo, saber gestionar las emociones y tener estrategias para poder sobrellevar las situaciones difíciles, se ha vuelto muy necesario.
En general, las personas que en algún momento han sentido malestar psicológico o que alguna vez han ido a terapia, son más conscientes de esta necesidad. Pero, durante la pandemia, prácticamente todo el mundo ha sufrido algún grado de malestar, ya sea por la enfermedad de algún familiar, por la incertidumbre o por el cambio de vida que hemos tenido que hacer en tan poco tiempo. ¿Quién no se ha sentido triste, agobiado o frustrado?
Las cosas que antes nos parecían cotidianas e incluso insignificantes, como pasear a la mascota, salir a la calle, hacer ejercicio, hablar con amigas y amigos, o estar con las personas que queremos, han aumentado su valor.
A raíz de esta situación extrema y en una época en la que ya muchas personas eran conscientes de la importancia de llevar un estilo de vida saludable, parece que la población se está dando cuenta de lo relevante que es cuidar la salud mental.
El hecho es que, en la práctica, nada ha cambiado. El ejemplo mas claro es que los medios públicos son los mismos que habían antes de la pandemia. En España tenemos en torno a 0,7 psicólogos clínicos por cada 1.000 habitantes, lo que resulta a todas luces insuficiente.
Además, lo esperable sería que si tienes fiebre vayas al médico, si te duelen los músculos al fisio y si tienes ansiedad al psicólogo, ¿no?. Pues en muchas ocasiones cuando una persona se siente mal a nivel emocional y psicológico, o no hace nada al respecto o se le receta medicación. Esto puede deberse a que, aunque hay una necesidad, el papel del/la profesional de la psicología se deja en un segundo plano, quizás por desconocimiento o por falsas creencias asociadas a dicho profesional.
Entonces, ¿qué es exactamente la psicología? y ¿qué nos puede aportar un/a profesional de la psicología a nivel práctico?
La psicología se define como la CIENCIA que estudia todos los procesos mentales, las sensaciones, percepciones y comportamientos del ser humano, relacionándolos con su medio ambiente físico y social. Engloba el conocimiento desde conceptos tan concretos como son los neurotransmisores que se liberan en el cerebro en cualquier situación, hasta conceptos tan complejos y abstractos como son los pensamientos y nuestras conductas.
El estudio de la psicología abarca muchos aspectos, como el por qué dormimos o cómo surge una idea. Y esto, solo se consigue mediante la CIENCIA. Y lo escribo en mayúsculas porque cada técnica que proporcionamos los psicólogos debe haber sido probada con estudios científicos y debe haber resultado eficaz para ese problema concreto; no todo vale.
Ir al psicólogo/a es ir a un/a profesional que ha estudiado el proceso de por qué sentimos, pensamos y actuamos de una determinada manera en una situación concreta, y cómo podemos influir para cambiarlo. Nada que ver con desahogarse con un amigo/a, creencia que he escuchado en muchas ocasiones.
Por tanto, la psicología es para todas las personas, no solamente para un perfil concreto o para cuándo nos sentimos “muy mal”. Nos puede ayudar principalmente a entendernos y a desarrollar estrategias que nos ayuden a manejarnos de una manera más eficaz en la vida o en algún aspecto de esta, y el/la psicólogo/a es la profesional que nos va a hacer llegar toda esa experiencia y conocimientos en psicología y que, además, es capaz de adaptarla a nuestro caso concreto, porque cada individuo es único.
Por todo ello, espero que este 2021 nos traiga mucha salud y más psicología.
Fuentes: