Psicólogo para el miedo a volar o Aerofobia

El miedo a volar es un término que describe diversas fobias. Esto se debe a que el miedo a volar es en realidad una confluencia de muchos miedos diferentes. Un término mucho mejor sería “miedos a volar”. Piensa que un avión es la tormenta perfecta de ansiedades

Psicólogo para el miedo a volar o Aerofobia

El miedo a volar es un término que describe diversas fobias. Esto se debe a que el miedo a volar es en realidad una confluencia de muchos miedos diferentes. Un término mucho mejor sería “miedos a volar”. Piensa que un avión es la tormenta perfecta de ansiedades

Psicólogo para el miedo a volar o Aerofobia

El miedo a volar es un término que describe diversas fobias. Esto se debe a que el miedo a volar es en realidad una confluencia de muchos miedos diferentes. Un término mucho mejor sería “miedos a volar”. Piensa que un avión es la tormenta perfecta de ansiedades

 

Psicólogo para Aerofobia o miedo a volar

La fobia a volar es el miedo a volar en un avión u otro vehículo volador, como un helicóptero. Este malestar a volar puede deberse al vuelo en sí o a otros miedos, como a las alturas, a los ataques de pánico y a sentirse atrapado, encerrado o fuera de control. El miedo a volar es extremadamente frecuente y se cree que aproximadamente el 30-50% de las personas padecen este miedo en algún momento de su vida.

¿Cómo se diagnostica la Aerofobia?

No existe una prueba diagnóstica específica para la aerofobia. 

Tu médico examinará detenidamente tus síntomas y te hará una serie de preguntas sobre tu miedo a volar

La aerofobia puede ser leve (vuelas si es necesario, pero te produce ansiedad) o grave (te niegas a volar desde hace más de cinco años).

Tu médico o psicóloga puede diagnosticarte un trastorno fóbico específico, como la aerofobia, si:

  • Desarrollas síntomas al pensar en el objeto o situación temidos, como aviones o viajes en avión.
  • Experimentas el miedo durante seis meses o más.
  • Haces todo lo posible por evitar el objeto o la situación que temes.
  • Tienes dificultades para desenvolverte en casa, en el trabajo o en situaciones sociales debido a tu miedo.

Por otra parte, cabe destacar que no hay forma de prevenir la aerofobia. Pero puedes reducir sus efectos en tu vida:

  • Evitando cosas que puedan empeorar la ansiedad, como la cafeína, las drogas o el alcohol.
  • Compartiendo tus miedos y ansiedades con un sistema de apoyo formado por familiares, amigos o compañeros.
  • Hablar con tu médico o psicólogo online sobre tus preocupaciones.

Si tu diagnóstico indica que sufres de aerofobia, encontrar un psicólogo para miedos y fobias, te ayudará a obtener las herramientas necesarias para enfrentar este miedo.
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Los desencadenantes del miedo a volar

Cuando eres capaz de reconocer cuales son las situaciones que desencadenan tu miedo a volar, estás dando el primer paso para superar esta ansiedad.

Si identificas lo que más te asusta, puedes prepararte para los sentimientos inevitables que surgirán cuando te encuentres en la situación incómoda o aterradora.

Conocer tus desencadenantes puede ayudarte a controlar tu ansiedad. Cuando se convierte en complicado controlar los desencadenantes de la fobias y miedos y es necesario pasar por ellos para hacer vida normal, acudir a terapia de afultos online o a terapia grupal, ayudará a obtener las herramientas necesarias para que el miedo a volar, poco a poco, deje de ser un problema recurrente.

Los principales desencadenantes del miedo a volar, es decir, los que más comúnmente se repiten entre las personas que sufren aerofobia, son:

  • Ansiedad en el despegue o el aterrizaje
  • Temor a sufrir un ataque de pánico durante el vuelo
  • Gérmenes o limpieza general del avión
  • Terrorismo
  • Ansiedad social
  • Estar demasiado lejos de casa
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¿Cómo controlar y tratar la Aerofobia?

Muchas personas pueden trabajar para superar su miedo a volar con psicoterapia. Tu profesional sanitario puede recomendarte:

Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC se centra en ayudarte a cambiar tu forma de pensar sobre volar. Puede incluir aprender cómo funcionan los aviones o revisar las estadísticas de seguridad de los viajes en avión frente a otras formas de viajar. Tu terapeuta también puede enseñarte técnicas para controlar determinados desencadenantes. Por ejemplo, la respiración profunda o la meditación durante el despegue, el aterrizaje o las turbulencias pueden reducir tus síntomas de ansiedad. 

Terapia de exposición: Este tipo de terapia te expone gradualmente a lugares, pensamientos o situaciones relacionados con los viajes en avión. Puedes visitar un aeropuerto y ver llegar y salir aviones. 

Las herramientas de realidad virtual, como las simulaciones de vuelos por ordenador, también pueden ayudarte a superar el miedo a volar. La psicoterapia puede ser individual con un terapeuta o en grupo como hemos comentado anteriormente. 

Objetivos terapéuticos

Los objetivos individuales se establecerán y conseguirán a través de las fases de terapia

Terapia Cognitivo-Conductual

Como ciencia, la terapia psicológica se basará en el método científico y en tratamientos empíricamente validados

Flexibilidad horaria

Sesiones que se adaptan a las necesidades y horario de cada cliente

Terapia psicológica para tratar la Aerofobia

En general, volar es un miedo común que tienen muchas personas. Si notas que te pones ansioso antes de las vacaciones o sientes miedo en cuanto subes a un avión, es posible que tengas miedo a volar. Informándote sobre los vuelos, trabajando con un terapeuta de TCC y empleando técnicas de relajación, puedes cambiar tu diálogo interno y averiguar qué mecanismos de afrontamiento funcionan mejor para ti. A partir de ahí, ¡podrás aliviar tu ansiedad y disfrutar del proceso de llegar al lugar deseado!

 

Más Información

¿Qué es la aerofobia?

La aerofobia es un miedo extremo a volar en avión. Las personas con aerofobia pueden tener miedo a distintos aspectos del vuelo, como el despegue, el aterrizaje o quedarse encerradas en el avión.

Puede que sepas que tu miedo es irracional –las estadísticas muestran que los viajes en avión tienen las tasas de mortalidad más bajas entre otras formas de transporte-, pero no puedes razonar para salir de la ansiedad. Otro nombre para este trastorno es aviofobia.

La mayoría de las personas con aerofobia no temen realmente que el avión se estrelle. En cambio, puede que teman la ansiedad abrumadora que conlleva estar en el avión.

La anticipación de volar, o pensar en volar, suele ser tan perturbadora como estar en el propio vuelo.

 

 

Síntomas de la Agorafobia

Si tienes aerofobia, puede que evites volar a toda costa. Esto podría significar perderte las vacaciones familiares o negarte a viajar por trabajo. Puede que insistas en utilizar otros medios de transporte, como el coche, el autobús o el tren, aunque sean menos cómodos que volar. 

Si tienes aerofobia, puede que también evites películas, libros o noticias relacionados con los viajes en avión. O puede que te obsesiones con conocer las medidas de seguridad de los aeropuertos y los aviones.

También es posible que las personas con aerofobia tengan ataques de pánico antes o durante un vuelo. Los síntomas de la aerofobia pueden incluir:

  • Escalofríos.
  • Mareos y aturdimiento.
  • Sudoración excesiva (hiperhidrosis).
  • Palpitaciones.
  • Náuseas.
  • Falta de aliento (disnea).
  • Temblores.
  • Malestar estomacal o indigestión (dispepsia).
 

¿Qué causa la Aerofobia?

La aerofobia no suele tener una causa específica. Es muy raro que la aerofobia se derive de una experiencia traumática en un vuelo. Los desencadenantes específicos pueden ser:
 
  • Noticias sobre terrorismo, accidentes o violencia en los aviones.
  • Despegue y aterrizaje.
  • Pensamientos sobre incendios o enfermedades que se propagan por el avión.
  • Turbulencias (golpes durante el vuelo).
 
Otras fobias también pueden empeorar la aerofobia:
 
  • Acrofobia (miedo a las alturas).
  • Agorafobia (miedo a salir de casa o a no poder escapar de un lugar o buscar ayuda si algo va mal).
  • Antropofobia (miedo a las personas).
  • Claustrofobia (miedo a los espacios cerrados y abarrotados).
  • Miofobia (germofobia o miedo a los gérmenes).
 

Elementos de un buen tratamiento de la Aerofobia

El “ingrediente activo” para superar las fobias es la exposición a los desencadenantes temidos. Es importante tener en cuenta que la evitación mantiene viva e intensa tu fobia.

En el caso del miedo a volar, hay un gran componente de ansiedad anticipatoria, o el miedo que se experimenta en previsión de coger un vuelo. Cualquier tratamiento eficaz ayudará a los miedosos a controlar la ansiedad anticipatoria (porque muchas personas evitan planificar los vuelos, o simplemente los cancelan), así como durante el vuelo.

Los tratamientos más recientes del miedo a volar incluyen métodos tradicionales de terapia cognitivo-conductual, o TCC, adaptados al vuelo. La terapia incluye técnicas para controlar la ansiedad, como la respiración diafragmática, para utilizarlas durante el vuelo. Las personas sensibilizadas a las sensaciones corporales durante el despegue, el aterrizaje o las turbulencias se desensibilizan a estos desencadenantes.

La educación también ayuda a calmar la ansiedad: cómo vuela un avión, datos sobre las turbulencias y el significado de los distintos sonidos y golpes durante un vuelo normal. También son útiles los programas de realidad virtual, durante los cuales se expone a los aviadores temerosos a simulaciones por ordenador de los desencadenantes del vuelo. También lo son los simuladores de vuelo que se utilizan habitualmente para enseñar a los pilotos privados a pilotar aviones pequeños. (A veces se encuentran cerca de los aeropuertos).

El tratamiento médico no ofrece una solución perfecta. La medicación ansiolítica (normalmente un ISRS o un SRNI) es útil para algunas personas que experimentan pánico al volar, pero deben estar dispuestas a tomar los fármacos todos los días durante un periodo de tiempo prolongado. Y tienen poco efecto sobre la ansiedad anticipatoria. Las benzodiacepinas pueden reducir la ansiedad anticipatoria, pero también interfieren con los efectos terapéuticos de la exposición.

 

 

Terapia cognitivo conductual para la Agorafobia

Si tu ansiedad a volar no puede superarse con técnicas de relajación, puede que haya llegado el momento de buscar la ayuda de un terapeuta. La Terapia de Exposición y la Terapia Cognitivo-Conductual se han utilizado con éxito para reducir los desencadenantes y los miedos asociados a volar.

En la Terapia de Exposición, la intención es guiar al paciente hacia un tren de pensamiento más preciso, para que su sistema de ansiedad deje de dar información errónea sobre lo que puede ocurrir durante un vuelo. Este tipo de entrenamiento se realiza mediante el ejemplo: el paciente es guiado repetidamente a una situación en la que se enfrentará a sus miedos y ansiedades. A lo largo del tratamiento, se condicionan a la situación que temían y ya no les provoca ansiedad.

La Terapia Cognitivo-Conductual ayuda al paciente a ser consciente de sus pensamientos y creencias irracionales para que pueda ver la situación de forma más realista y reaccionar de un modo más sano. Ayuda a la persona a identificar y cuestionar los pensamientos negativos o inexactos para que pueda sustituirlos por otros positivos y precisos que sean más realistas.

Con cualquiera de las dos formas de tratamiento, se enseñan técnicas para ayudar al paciente a controlar la ansiedad. Por ejemplo, como ya se ha mencionado, se puede aprender a respirar diafragmáticamente para ayudar a calmar a una persona durante un vuelo. 

Las personas también pueden aprender a desensibilizar sus desencadenantes de sensaciones corporales para no reaccionar ante las turbulencias o la sensación del avión al despegar o aterrizar. Pueden utilizarse programas de realidad virtual en un entorno seguro para educar a las personas sobre los sonidos y sensaciones que experimentarán durante el vuelo. Y, como último recurso, pueden utilizarse ansiolíticos en combinación con terapia para ayudar a alguien a controlar sus miedos durante un vuelo.

 

 

Consejos para vencer el miedo a volar

Una pareja de ancianos se coge de la mano para ayudarse mutuamente a calmarse de un momento estresante. Si tienes un ser querido con agorafobia, puedes desempeñar un papel importante en el tratamiento. El apoyo emocional suele ser crucial para la recuperación. Aunque puede que no entiendas por qué tu ser querido tiene tanto miedo, es importante no menospreciarle ni reñirle

Decirle a alguien que sus miedos “están todos en su cabeza” es poco probable que le ayude. Que los síntomas de una persona sean psicológicos no significa que sean falsos.  En algunos casos, tu ser querido puede verse empujado a situaciones para las que no está preparado. Si estás presente cuando tiene un ataque de pánico, aquí tienes algunos consejos para ayudarle:

  1. Ofrece compasión, no juzgues. Lo más probable es que tu ser querido ya sepa que su ansiedad es desproporcionada en relación con la situación. Recordarle este hecho probablemente aumentará su frustración y estrés, no los reducirá.
  2. Asegúrale que puede superar el ataque de pánico. Síntomas como los dolores en el pecho pueden hacer que una persona se sienta como si se estuviera muriendo, pero los ataques de pánico no son letales.
  3. Si es posible, saca a la persona de la situación estresante. Por ejemplo, si el pánico empezó tras entrar en una tienda abarrotada de gente, llevar a la persona a una zona más apartada puede ayudar. 

Durante el tratamiento, tu ser querido puede tener días buenos y días malos. La recuperación es un viaje, no una carrera. Es importante ser paciente, obligar a una persona a enfrentarse a sus miedos sin el apoyo adecuado puede ser contraproducente. Incluso podría dañar vuestra relación. Cuando tu ser querido dé un paso hacia la recuperación, aunque sea pequeño, reconocer su valentía puede inspirarle a seguir intentándolo.