En este nuevo artículo de psicología de psicologiamariapalau sabemos que el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno de salud mental que puede afectar a personas de todas las edades, incluidos los niños. Se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos no deseados y repetitivos que generan ansiedad, mientras que las compulsiones son comportamientos repetitivos que una persona realiza en respuesta a las obsesiones para reducir la ansiedad o el malestar.
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Comportamientos comunes de TOC en niños
En la mente del niño/a aparecen pensamientos atemorizantes, es decir obsesiones, las cuales no son realistas pero son incapaces de eliminar. Esto les provoca realizar ciertos comportamientos de forma repetitiva (compulsiones) para hacer desaparecer esos pensamientos y así “protegerse” y “asegurarse” de que todo está bien y no de que no pase nada malo.
Estos comportamientos obsesivos y, en muchas ocasiones, repetitivos actúan como un refuerzo, ya que les alivia esa ansiedad que sienten a corto plazo. No saben explicar porque tienen esos comportamientos rituales, tampoco que detrás de ello se encuentra el intento de escapar del intenso malestar que les producen esos pensamientos.
Por este motivo, necesitan repetir estos comportamientos, que acaban interfiriendo con su vida diaria: buscan seguridad. Y es que sienten que estas repeticiones son necesarias para calmar y acabar con sus pensamientos. Sin embargo, como hemos dicho, estas compulsiones disminuyen el malestar de forma temporal, los pensamientos volverán inevitablemente y cada vez el malestar será más intenso.


El TOC puede dificultar la vida diaria de los niños y niñas a quienes afecta y la de sus familias. Con frecuencia, los pensamientos y comportamientos repetitivos les consumen gran cantidad de tiempo y energía, lo cual hace que les resulte más difícil enfrentarse a tareas académicas y del día a día, así como disfrutar de la vida.
Además pueden llegar a sentirse frustrados o culpables por no poder controlar sus propios pensamientos y actos, los niños y niñas con TOC también pueden sufrir baja autoestima o sentirse avergonzados por lo que están pensando o sintiendo (ya que, con frecuencia, se dan cuenta de que sus temores no son reales o que sus rituales no van realmente a evitar los acontecimientos que les provocan temor).
También pueden sentirse presionados porque no tienen suficiente tiempo para hacer todo. Es normal que lleguen a estar irascibles al verse obligados a retrasar sus horas de sueño, perderse actividades, no completar sus tareas… por necesitar realizar los rituales compulsivos. También pueden llegar a tener mucha dificultad para prestar atención o concentrarse.
Obsesiones comunes del TOC en niños
Entre los niños y adolescentes con TOC, las obsesiones más comunes son las siguientes:
- Temor a la suciedad o los gérmenes
- Temor a la contaminación
- Necesidad de simetría, orden y precisión
- Obsesiones religiosas
- Preocupación por los desechos del cuerpo
- Números de la suerte o de la mala suerte
- Pensamientos sexuales o agresivos
- Temor a sufrir una enfermedad o un daño, o a que esto le ocurra a un familiar
- Preocupación por los elementos de la casa
- Sonidos o palabras no deseados
En cuanto a las compulsiones, las más comunes son:
- Rituales de limpieza, incluido el lavado de manos, las duchas y el cepillado de los dientes
- Repetición de rituales, lo cual incluye entrar y salir por una puerta, la necesidad de moverse en los espacios de determinada manera o volver a leer, borrar y volver a escribir
- Rituales de comprobación para asegurarse de que un artefacto está apagado o una puerta está cerrada, y chequear reiteradamente la tarea
- Rituales para anular el contacto con una persona o un objeto «contaminado»
- Rituales con el tacto
- Rituales para prevenir el daño a uno mismo o a otros
- Ordenar o acomodar objetos
- Rituales de conteo
- Acumular o coleccionar cosas que no tienen un valor evidente


También es importante resaltar que el TOC se relaciona con otros síntomas como:
- Angustia significativa: El TOC puede causarles una angustia significativa y afectar su funcionamiento en el colegio y en sus relaciones sociales.
- Resistencia a las obsesiones: Los niños y niñas suelen reconocer que sus obsesiones son irracionales, pero aún así tienen dificultades para controlarlas.
- Evitación: Pueden llegar a evitar situaciones que desencadenan sus obsesiones o compulsiones, lo que puede limitar su participación en actividades cotidianas.
Signos y síntomas del TOC
Cuando el niño/a intenta controlar sus pensamientos, sufre malestar y suelen tender a ocultarlo, lo que dificulta su detección. Aunque es común que finalmente al final acaben involucrando a los padres o personas cercanas para que ellos también participen en sus rituales.
Los berrinches, las señales encubiertas de preocupación y los comportamientos inadecuados son comunes cuando los padres no participan en los rituales de su hijo. Con frecuencia, este comportamiento, es lo que lleva a las familias a buscar tratamiento.
Para poder identificar el TOC, puedes buscar los siguientes signos:
- Manos agrietadas o en carne vida por el lavado constante
- Uso excesivo de jabón o papel higiénico
- Cuentas de servicios inexplicablemente elevadas
- Disminución repentina de las calificaciones en la escuela
- Horas no productivas para realizar la tarea
- Orificios en las hojas por borrar en las tareas o los exámenes
- Pedir a los familiares para que repitan frases poco comunes o respondan siempre la misma pregunta
- Temor constante a la enfermedad
- Aumento drástico de ropa para lavar
- Excesiva cantidad de tiempo para prepararse para ir a dormir
- Temor constante a que ocurra algo terrible
- Comprobar de forma constante la salud de los familiares
- Negarse a salir de la casa al mismo tiempo que otros integrantes de la familia


El diagnóstico y el tratamiento del TOC en niños son fundamentales para ayudarles a manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida. El tratamiento generalmente incluye terapia cognitivo-conductual (TCC) específica para el TOC, que se adapta a las necesidades de los niños. A veces, se pueden usar psicofármacos, como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), en casos graves o cuando la terapia no es suficiente.
Si sospechas que tu hijo/a puede tener TOC, puedes contactar con nosotras ya que trabajamos con esta problemática a diario y tenemos una especialista en terapia infantil.