El TOC de pensamiento mágico generalmente comienza en la infancia, a menudo como una respuesta a un desencadenante emocional. Los niños, al no saber cómo regular sus emociones o buscar apoyo adecuado, pueden crear asociaciones irracionales entre sus acciones y los eventos que ocurren a su alrededor. 

Esta asociación genera una carga emocional desproporcionada y un sentido de responsabilidad excesivo, que son característicos de las personas que sufren TOC.

Algunos ejemplos comunes de estas asociaciones emocionales pueden incluir pensamientos como:

• «Mi mamá está sufriendo porque toqué este juguete.»
• «Mis padres discuten porque no coloqué los interruptores correctamente.»
• «Mi abuela falleció porque no toqué la botella tres veces.»
• «Mi hermano se cayó porque pisé la raya del suelo.»

En todos estos ejemplos, el niño desarrolla una sensación de culpa y una responsabilidad excesiva, pensando que sus acciones, por más insignificantes que sean, tienen el poder de controlar el destino de las personas a su alrededor.

Si bien es normal que, en algún momento, las personas se hagan preguntas sobre la vida y el universo, la diferencia clave en el TOC existencial es que estas dudas aparecen de manera intrusiva, sin que la persona las evoque intencionadamente, y provocan una reacción de ansiedad en lugar de curiosidad. Las personas con TOC existencial no pueden encontrar respuestas que calmen sus dudas, pues lo que realmente intentan aliviar es la ansiedad, no resolver un problema filosófico.

La ansiedad que genera el TOC existencial no proviene necesariamente de las preguntas en sí, sino de la incertidumbre que estas provocan.

Por ejemplo, una persona podría tener miedo de que todo lo que percibe sea falso, de que el universo no tenga sentido o de que la vida no tenga propósito.

Esta incertidumbre activa un ciclo de obsesión y compulsión que es difícil de romper sin intervención profesional.

El tratamiento del TOC existencial se enfoca en dos áreas principales:

1. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Es la terapia de elección para el TOC en general, incluyendo el TOC existencial. En esta terapia, se trabaja con la persona para identificar los patrones de pensamiento obsesivos y las compulsiones asociadas (que pueden ser mentales o conductuales). Se le enseña al paciente a enfrentarse a los pensamientos obsesivos sin intentar suprimirlos o encontrar respuestas definitivas, lo que reduce gradualmente la ansiedad y el malestar asociados.
2. Exposición con Prevención de Respuesta (EPR): Esta técnica, que forma parte de la TCC, implica que el paciente se exponga a los pensamientos que provocan ansiedad (por ejemplo, pensar deliberadamente en la posibilidad de que la vida no tenga sentido) sin realizar ningún tipo de compulsión para neutralizarlos. Con el tiempo, el paciente aprende que puede tolerar estos pensamientos sin la necesidad de responder a ellos.

Vamos a contarte a continuación dos casos o ejemplos concretos y reales de pacientes que sufrían a diario las problemáticas derivadas del toc existencial. 

Caso 1: El temor constante a la irrealidad Salva, de 32 años, se encontraba constantemente angustiado por la idea de que nada a su alrededor era real. Esta obsesión le llevó a evitar lugares que lo hacían sentir más inseguro, como espacios cerrados o multitudes. Aunque era consciente de lo irracional de su pensamiento, no podía evitarlo. La terapia cognitivo-conductual lo ayudó a desafiar estas creencias, exponiéndose gradualmente a situaciones que le generaban miedo y aprendiendo a tolerar la incertidumbre de no tener una respuesta definitiva.

Caso 2: Obsesión por el propósito de la vida Laia, de 25 años, comenzó a obsesionarse con la pregunta sobre cuál era el propósito de su vida. Este pensamiento la consumía a tal punto que afectaba su desempeño laboral y sus relaciones personales. Su tratamiento incluyó la identificación de patrones disfuncionales de pensamiento, como la necesidad de obtener certezas absolutas, y el desarrollo de nuevas estrategias para lidiar con la duda, aceptando que algunas preguntas no tienen una respuesta clara y aprendiendo a vivir con esa incertidumbre.