¿Quiero realmente a mi pareja? ¿Me gusta realmente mi pareja, o me gustan las sensaciones que tengo con ella? ¿Estoy sintiéndome como debería por esta persona? ¿Y si realmente me estoy equivocando y en un futuro me arrepiento de estar con esta persona?
¿Tener todos estos pensamientos es señal de que realmente no quiero a mi pareja? ¿Debería dejarla? Tal vez te hayas podido identificar con este diálogo interno en el que no sabes muy bien qué sientes por tu pareja y te planteas si por ello no la quieres.
Hoy queremos ayudarte a aclarar un poco tus dudas sobre las dudas (¡valga la redundancia!), y en concreto, sobre dudar de tu relación de pareja.
A todas las personas nos puede ocurrir que, después de un tiempo teniendo una relación de pareja, lleguemos a plantearnos si realmente es lo que queremos o no.
En general, existe una tendencia a la insatisfacción, que nos lleva a buscar mejores opciones y circunstancias para nuestro bienestar y nuestra tranquilidad.
Para realizar esa búsqueda, nos podemos hacer preguntas que nos puedan guiar a una respuesta, pero cuando hablamos de sentimientos y emociones, éstas no suelen ser tan fáciles de encontrar.
Esto también se ve reflejado en nuestras relaciones, buscamos sentir seguridad y previsibilidad en ellas, y es por ello que a todos/as nos puede pasar que dudemos de si queremos o no estar en una relación.
Los seres humanos no estamos diseñados para dejar cabos sueltos, no toleramos bien el “no saber”, y es por eso que en ocasiones, pueden surgirnos dudas sobre si lo que tenemos ahora en una relación es lo que realmente queremos.
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Dudas adaptativas ¿por qué dudamos?
Dudar de por sí no es algo negativo, todo lo contrario, puede traernos muchos beneficios. Implica cuestionar lo que tenemos, en vistas de buscar posibles mejoras y reforzar aquello que ya funciona.
Al igual que las empresas -donde grandes equipos colaboran en objetivos comunes- realizan encuestas de satisfacción y revisan la evolución, beneficios y mejoras al final de año, a nivel individual pueden darse esos momentos de plantearnos si estamos en el punto en el queremos estar o con la persona con la que queremos estar.
Puede parecer extraño igualar una empresa a una relación de pareja, pero en realidad, mantener una relación requiere de trabajo en conjunto y esfuerzo, poner atención en distintos aspectos que la nutren, tener sensibilidad para poder adaptarnos a los distintos retos que se plantean, y por ende, como habrás intuido, mucha comunicación y mucha paciencia. Por ello, dudar nos acerca a explorar todo esto.
Beneficios de dudar
Algunos beneficios de dudar son:
- Estar en contacto con lo que quiero y necesito en cada momento.
- Plantearme si mi relación está alineada con la dirección que quiero tomar en mi vida, con mis valores y con lo que es importante para mí.
- Balancear si la relación nos está aportando cosas positivas o nos enriquece.
- Explorar si hay aspectos que me gustaría mejorar o modificar.
En general, dudar nos permite hacer un parón en el camino para evaluar dónde estamos y hacia dónde vamos.
Razones por las que dudamos
La razón de que aparezcan las dudas pueden ser muchas y muy variadas, pero no tienen por qué ser dañinas de por sí. Algunas posibles causas son:
- Cambios de momentos vitales: los cambios siempre desestabilizan y nos fuerzan a recolocar y centrarnos en la manera de adaptarnos a ellos. Cambios como las mudanzas, cambios de trabajo, el fin un periodo de formación o laboral, tener hijos, pérdidas, duelos, cumplir años, ¡o incluso la falta de cambios! son algunas de las circunstancias vitales que pueden alterar un nuestra propia percepción, y por tanto, la de nuestra pareja y nuestra relación. Implican cierto grado de incertidumbre, y con ello, se pueden abrir nuevas puertas que planteen dudas.
- Cambios de valores: puede ocurrir que, por consecuencia de algún cambio vital o algún acontecimiento importante, nuestros valores se vean cuestionados, y con ello, lo que queremos o lo que necesitamos. Estar en este proceso puede ocasionar a veces dudas sobre si queremos que nuestra pareja nos acompañe en ello o no, bien porque compartamos o no dichos nuevos valores y metas o por otros motivos.
- Expectativas de las relaciones: esta suele ser una causa muy común que nos afecta a todos. Como sociedad, compartimos y estamos expuestos continuamente a ideas y creencias sobre cómo deben ser las relaciones de pareja, lo que se debe sentir, cómo debemos comportarnos, y qué se puede esperar de ellas. Cuando nuestra realidad no concuerda con esas expectativas, podemos encontrarnos confusos y preguntarnos si realmente estamos sintiendo lo que “deberíamos” por nuestra pareja o si realmente es lo que queremos. Ser conscientes de esto nos ayudará también a ajustar no solo nuestra realidad, sino, quizás más importante, nuestras creencias.
Las dudas patológicas
Si bien hemos dicho que dudar puede ser algo sano, en ocasiones pueden dominar nuestra mente hasta el punto de ocasionar un malestar incontrolable.
La inseguridad, la intolerancia a la incertidumbre, el miedo al error o a la equivocación y la necesidad de saber son algunos de los factores que contribuyen a que cuestionarnos lo que sentimos o queremos se vuelva una verdadera tortura.
Quedamos, entonces, atrapados/as en un laberinto emocional.
Señales una duda patológica
Algunas señales de que estamos viviendo un proceso de “duda patológica” pueden ser:
- Siento inseguridad la mayor parte del tiempo al estar con mi pareja, y no disfruto de los momentos juntos.
- Las dudas y preguntas ocupan mucho espacio en mi mente, y soy incapaz de controlar que aparezcan.
- Siento mucho malestar al plantearme si quiero o no a mi pareja, y esto me afecta al sueño, al apetito, y a mi capacidad de atención en otras áreas de mi vida durante un tiempo.
- Trato de averiguar constantemente qué siento por mi pareja, y para ello hago comprobaciones sobre mis emociones con ella, estoy hipervigilante a mis reacciones y mis pensamientos y temo que otras personas me puedan parecer atractivas.
TOC relacional o TOC de amores
Cuando la duda sobre si sientes algo por tu pareja, si deberías dejarla o si deberías continuar se convierte en el centro de tu día a día, y el malestar que lo acompaña te afecta en otras áreas importantes: no te apetecen realizar actividades agradables, sientes rechazo por ver a tu pareja o estar a solas, te afecta a tu rendimiento en estudios o trabajo… podemos estar ante un problema emocional de ansiedad.
Cuando estamos ante esta sintomatología, es posible que estemos sufriendo toc relacional o toc de amores. Es una tipología dentro del trastorno obsesivo compulsivo centrado en la obsesión por saber con certeza si se siente realmente algo por la pareja o si de lo contrario, debería dejarlo, acompañado de “compulsiones” que tratan de aliviar ese malestar.
Genera mucha ansiedad porque no se experimenta como algo “irracional”, sino que, de ser cierto, se anticipa una gran pérdida y miedo al arrepentimiento. En estos casos la duda pasa a evolucionar a un problema de gestión emocional, en el que no soy capaz de manejar bien los altibajos emocionales.
Si te has identificado con este malestar y quieres tener herramientas para que la duda no te distancie de poder vivir y disfrutar de aquello que realmente quieres, nosotras estaremos encantadas de poder ayudarte ya que en psicologiamariapalau.com trabajamos principalmente con TOC y gestión emocional de la ansiedad y los miedos.