¿Qué són y cómo reconocer las relaciones tóxicas?
Encontrarse en lo que comúnmente se llama “relación tóxica” es algo que nos puede pasar a cualquier persona en algún momento de nuestras vidas, debido a que este tipo de relación puede aparecer en muchos ámbitos de la vida: amistosa, profesional, familiar y de pareja, aunque nos solemos referir a ella en las relaciones románticas. El apoyo de un psicólogo especialista en el tratamiento de relaciones tóxicas, será de gran ayuda en caso de que te encuentres en una y no sepas como salir de la situación.
[SHORTCODE_ELEMENTOR id=»16243″]La relación tóxica puede tener consecuencias negativas sobre las personas que la experimentan: disminución de la autoestima y la confianza en uno/a mismo/a, ataques de celos y discusiones que pueden acabar perjudicando el desarrollo individual de cada una de las personas y provocando sufrimiento. Pueden ser diferentes en cada persona y dependiendo del tipo de relación (duración, vínculo afectivo…).
Sin embargo, no siempre es fácil darse cuenta de que la relación no es sana, porque los sentimientos suelen tomar el control y porque poco a poco llegamos a “normalizar” ciertos comportamientos. En este post te muestro algunas evidencias que pueden ayudarte a identificar si estás o no en una relación de este tipo.
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¿Qué es una relación tóxica?
Podemos considerar que una relación es “tóxica” desde el momento en que mantiene a uno y/u otro de los miembros de la relación en un estado de sufrimiento, al cual no encuentran solución en la propia relación, mediante el intercambio y los ajustes mutuos realizados. Puede ser porque la forma de ser de las personas implicadas no es compatible (especialmente cuando los valores son muy distintos) y es fuente de sufrimiento para uno y/o para el otro o porque alguno/a de los integrantes de la relación tiene una serie de comportamientos dañinos que afectan al vínculo y a las personas implicadas.
Señales de una relación tóxica
Distintas señales pueden alertarte sobre tu relación y permitirte entender que es tóxica.
1) No puedes ser tú mismo/a: Una de las señales más evidentes tiene que ver con los cambios que te ves obligado/a a hacer para poder mantener la relación. La realidad es que en cualquier relación hay que adaptarse de cierta forma a la otra persona (aprender a tolerar manías de la otra persona, compartir objetos o espacio, aceptar diferencias… pero todo esto hasta cierto punto, si sientes que tu pareja te exige cosas que no se corresponden con tu funcionamiento natural o que van en contra de tus valores y te hace sentir malestar, es una señal.
Por supuesto, puede suceder que decidas trabajar en ti mismo/a y/o cambiar comportamientos que dañan la relación como pueden ser los celos. Sin embargo, cuando este trabajo se lleva a cabo, eres consciente de que estarás mejor contigo y con el otro/a y es algo que tú quieres mejorar y que va en conjunto con tus ideales. Si no te sientes reconocido por lo que eres y sientes que tienes que esforzarte para complacer a tu pareja, no estás en una relación sana.
2) No hay diálogo ni soluciones: Una característica de las relaciones que no son sanas es la imposibilidad de resolver las dificultades a través del intercambio y el diálogo. Las posibles discusiones no mejoran la situación y por el contrario, pueden ser fuente de más conflictos e incluso puede ser lugar de manipulación.
3) No te sientes seguro/a: Existe inseguridad emocional. Si temes a las reacciones de tu pareja porque muchas veces son impredecibles, si te das cuenta de que cada vez estás más atento/a y/o nervioso/a porque nunca sabes qué esperar de él/ella, es una señal importante de que tu relación no es sana. Esta inseguridad afectiva es fuente de estrés y tensión y abre paso a una situación de control emocional.
4) Estás desarrollando una (co-)dependencia: Mientras que la relación sana permite mantener el desarrollo de cada uno de los miembros de la pareja fuera de la relación, una relación tóxica tenderá a crear una situación de dependencia o codependencia. Esto puede resultar en un desequilibrio en la relación, en el que sientes que estás dando más de lo que estás recibiendo e inviertes todo en tu pareja y en la relación, mientras que él/ella parece estar desconectado/a, manteniendo su atención fuera de la relación sin tener en cuenta tus necesidades. Gradualmente, es posible llegar a una tendencia hacia el control mutuo que se puede manifestar en celos y posesividad.
5) No te reconoces: Los múltiples cuestionamientos, los intentos de comprensión y los esfuerzos por adaptarse a comportamientos que son tu fuente de sufrimiento, acaban por agotarte psicológicamente. Ya no eres la misma persona que eras antes de la relación, sientes que has perdido algo en el camino. Poco a poco, empiezas a olvidarte de ti mismo/a para el mantenimiento de tu relación en la que la preocupación, el miedo y la inseguridad toman el relevo.
¿Cómo puede ayudar la terapia a salir de una relación tóxica?
Es importante tener en cuenta que terminar una relación tóxica muchas veces requiere apoyo terapéutico. Algunas relaciones pueden ser fuente de estrés e incluso o traumas, a veces sin que seas plenamente consciente de ello. La terapia te permitirá:
- Ayudarte a distinguir si estás en una relación tóxica o no e identificar qué es lo que realmente necesitas.
- Identificar tu responsabilidad y la del otro miembro de la pareja
- Mejorar la comunicación y la gestión de conflictos.
- Convertir una relación tóxica en una saludable (o libérarte de ella).
- Mejorar tus relaciones futuras