Los problemas relacionados con la ansiedad son los problemas psicológicos más comunes y que más llegan a consulta.
En el caso del TOC o trastorno obsesivo-compulsivo, los síntomas principales son la presencia de obsesiones, es decir, pensamientos recurrentes involuntarios que generan mucha angustia, y las compulsiones o acciones mentales o físicas para neutralizar o disminuir ese malestar.
Hoy hablaremos de una de las dificultades que pueden ocurrir durante un proceso de tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo: sentir que los síntomas empeoran o descontrol de los síntomas de ansiedad.
Cuando se decide pedir ayuda psicológica para este tipo de problemas, normalmente la persona viene con cierto grado de desesperanza, ya que los síntomas de la ansiedad han afectado tanto a distintas áreas, y la va limitando tanto en su vida que puede agotar la motivación de cualquiera.
Una vez que se inicia el tratamiento, los síntomas van mejorando, y la persona va recuperando poco a poco el tiempo que antes dedicaba a las compulsiones, va recuperando actividades de la vida cotidiana, y esto va generando una nueva sensación de positivismo hacia el futuro.
Sin embargo, es posible que los síntomas del TOC puedan empeorar en algún momento concreto, o que la ansiedad sea más intensa en determinados períodos, y esto puede llegar a frustrar mucho, ya que puede dar la sensación de que el TOC es un problema eterno que siempre va a estar presente y que no va a permitir tener una vida plena y tranquila.
Que hacer cuando el TOC empeora
Si has llegado hasta aquí, es posible que te hayas identificado con lo que hemos comentado, y por eso queremos darte algunas ideas de qué puedes hacer si sientes que tus síntomas de TOC o tu ansiedad vuelven a descontrolarse.
- Revisa si estás volviendo a realizar antiguos patrones. Cuando se lleva mucho tiempo con síntomas del TOC, tanto las obsesiones como las compulsiones se convierten en hábitos que son más probables de repetir, sobre todo en situaciones estresantes o que suponen mayor malestar. Aún habiendo puesto esfuerzo en cambiar las conductas que mantienen el problema, que normalmente suelen ser los rituales neutralizadores o compulsiones, es posible que no nos demos cuenta de cuándo estamos volviendo a hacerlas, ya que durante mucho tiempo han sido conductas que daban sensación de seguridad y control. Sería conveniente tomar conciencia de si se han ido retomando sin darnos cuenta, porque aunque sea a corto plazo, nos daban más alivio que no hacer las compulsiones.
- Amplia el foco de atención. Los pensamientos intrusivos, las obsesiones y las compulsiones suelen ser síntomas que manifiestan un desequilibrio emocional producido por alguna situación o periodo complicado, pero que desvían nuestra atención hacia ellos y no nos permiten identificar qué los disparan. Aunque no siempre hay razones o eventos concretos que los disparen, sería conveniente revisar si hay algún aspecto de nuestra vida en el que estén habiendo cambios o incertidumbre y que nos pueda estar desestabilizando. Periodos o momentos difíciles como duelos, cambios vitales, problemas económicos o familiares pueden empeorar los síntomas de ansiedad, y con ello, también la aparición de más pensamientos intrusivos. En la medida en que aprendas a gestionar esas situaciones, tu base emocional también se regulará, y con ello, tus síntomas de TOC.
- Repasa las herramientas de terapia. Al principio del tratamiento, se explican muchos conceptos y mecanismos que ayudan a comprender por qué se mantienen tanto en el tiempo los pensamientos intrusivos, y se empiezan a trabajar ejercicios para poder manejarlo. Al comienzo puede que la motivación y la esperanza haga que se tomen más en serio, pero al necesitar de tiempo para ver resultados, esa motivación puede disminuir. Te recomendamos hacer un repaso de los conceptos y los ejercicios que habéis trabajado en terapia para valorar si hay algún aspecto que se esté quedando sin trabajar o que pueda ayudar a manejar los síntomas actuales.
- Háblalo con tu psicóloga. Si estás en un proceso terapéutico, puede resultar muy útil comentarle qué aspectos has observado que han empeorado o qué sensaciones estás teniendo respecto a lo que estáis trabajando. Esto puede que dé corte y vergüenza, pero es algo muy beneficioso para ambos, ya que tu psicóloga podrá revisar si hay algún tema que no se ha trabajado bien y tú podrás hablar de lo que necesitas y las dificultades que estás teniendo para poner en marcha lo que vas aprendiendo en terapia. ¡Son todo ventajas!
Esperamos que estos consejos te ayuden a poder trabajar en aquello que esté influyendo en el empeoramiento de tus síntomas. Si precisas de ayuda más concreta, en Psicología Maria Palau estaremos encantadas de poder acompañarte.
El artículo del mes de psicologiamariapalau
No te pierdas nuestro artículo sobre como desarrollar una alta autoestima