Ver a tu hija sentirse rechazada o apartada por sus compañeros es una experiencia dolorosa, tanto para ella como para ti. Estas situaciones, aunque difíciles, pueden convertirse en oportunidades para que tu hija aprenda sobre sí misma, sus emociones y sus relaciones. Aquí te contamos por qué es importante y cómo puedes ayudarla. Si estás buscando orientación profesional, consulta a los mejores psicólogos online.
¿Por qué es importante para ellos?
Hoy en día, muchos niños y niñas se sienten rechazados o desplazados, especialmente en el entorno escolar, donde pasan gran parte de su tiempo. Este rechazo puede surgir por sentirse diferentes al grupo, ya sea físicamente, en su forma de expresarse o en su comportamiento. Estas diferencias, aunque naturales, pueden ser motivo de exclusión por parte de amigos, compañeros de clase o incluso familiares.
Frases despectivas como “el gordito,” “el raro” o “el friki” pueden impactar profundamente en su autoestima. Durante la infancia y adolescencia, están en pleno desarrollo emocional, aprendiendo a socializar y formando su autoconcepto.
La amistad, en estas etapas, es mucho más que juegos y diversión. Representa vínculos profundos que son esenciales para su bienestar emocional. Por eso, fomentar relaciones sanas y positivas es clave para su crecimiento y para ayudarles a construir una imagen sólida y equilibrada de sí mismos.
¿Cómo podemos ayudarles?
Acompañar a tu hija en estos momentos implica validar sus emociones, escucharla sin juzgar y ayudarla a afrontar la situación con confianza. Aquí tienes algunas estrategias para lograrlo:
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Valida sus emociones
En lugar de restar importancia a sus sentimientos con frases como “son mala gente” o “seguro que te tienen envidia,” intenta conectar con ella diciendo:
- “Parece que esto te ha dolido.”
- “Entiendo que te sientas triste con lo que ha pasado.”
Reconocer su tristeza o confusión refuerza que es válido sentir lo que siente.
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Evita criticar a los demás
Las amistades, especialmente en estas edades, pueden ser frágiles e inestables. Criticar a sus compañeros puede complicar más las cosas. Ayúdala a reflexionar con preguntas como:
- “¿Cómo son las relaciones que quiero tener?”
- “¿Esta relación me hace sentir bien o me hace daño?”
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No des soluciones inmediatas
Aunque quieras protegerla, ofrecer soluciones rápidas puede hacer que sienta que sus emociones son un problema que necesita solucionarse de inmediato. En su lugar, permítele hablar, reflexionar y procesar la situación.
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Crea un ambiente seguro en casa
Asegúrate de que tu hija se sienta cómoda para expresar sus emociones sin temor a ser juzgada. Un hogar donde se sienta escuchada y apoyada es fundamental para su bienestar.
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Fomenta el autocuidado
Actividades como deportes, hobbies, pasar tiempo en familia o leer pueden ayudarla a cuidar su salud física y emocional, reforzando su resiliencia frente a estas situaciones.
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Enseña habilidades de resolución de problemas
Ayúdala a imaginar escenarios hipotéticos y a pensar en posibles soluciones. Esto le permitirá desarrollar un enfoque proactivo y creativo frente a los conflictos.
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Promueve la independencia
Anímala a tomar decisiones y confiar en su capacidad para gestionar situaciones por sí misma. Esto fortalecerá su autoestima y su seguridad personal.
Un acompañamiento necesario
Estas estrategias son un buen punto de partida para apoyar a tu hija en estas situaciones difíciles. Acompañarla, validar sus emociones y guiarla en la gestión de los conflictos es fundamental para ayudarla a crecer emocionalmente y sentirse segura.
Si sientes que necesitas apoyo profesional para abordar estas situaciones de forma específica y personalizada, en Psicología María Palau podemos ayudarte. Contamos con experiencia en la gestión emocional de niños, adolescentes y sus familias. No dudes en contactar con nosotras sin compromiso.