Leer alude al proceso de percibir y comprender la escritura, ya sea mediante la vista, la escucha o el tacto. Pero se trata de un proceso único para cada persona debido a que tiene un componente mágico, la imaginación. De hecho, leyendo el mismo libro, cada persona puede visualizar, imaginar, sentir y experimentar emociones diferentes debido a que cada uno/a ponemos toda nuestra experiencia y aprendizaje, consiguiendo vivir, con la lectura, experiencias muy distintas.
Y es que los estudios demuestran que las regiones cerebrales que se activan durante la lectura, muchas veces son similares a las que se activarían si estuviésemos realmente realizando aquello que leemos o con el acto de proyectarse a uno mismo en una situación recordada, anticipada e imaginada, como una especie de simulación. Leer nos permite “vivir” durante algunas horas otras vidas y experiencias.
Además, la lectura nutre en cultura y experiencia a las personas, que conocen otros mundos y otras historias aparte de la realidad que están viviendo; permite abrir nuestras mentes y de esta manera, desarrollar la empatía “ponernos en los zapatos del otro”. Los estudios muestran que la lectura puede mejorar la comprensión de los estados mentales de los demás, habilidad fundamental para las relaciones sociales.
Cuando dejamos de leer permanecen con nosotros las sensaciones, el aprecio u odio hacia los personajes y la sensación de que algo ha cambiado dentro de nosotros/as. Esto se puede observar con una resonancia, en la que se aprecia que las áreas cerebrales activadas durante la lectura de novelas continúan activas durante los días siguientes.
La lectura tiene muchos otros efectos positivos en nuestra vida:
- En cuanto a nivel intelectual, estimula nuestro cerebro, mejora nuestro nivel cognitivo y contribuye a mantener activa la memoria y la atención.
- A nivel emocional, contribuye a mejorar la calidad de nuestro tiempo y a propiciar un estado emocional óptimo, disminuyendo el estrés y conciliando el sueño. Además, estamos ante una actividad inclusiva y de convivencia social.
En conclusión, leer es un buen hábito que se puede realizar de forma diaria y que nos va a aportar multitud de beneficios tanto para mejorar las habilidades sociales de niños y jóvenes como para mantener la mente en forma con la edad.
Pero lo que considero más importante es la capacidad que tiene la lectura para transportarnos a lugares y momentos, y producirnos emociones reales que a veces, por las circunstancias, no podemos vivir.


Fuentes:
-Buckner, R. L., & Carroll, D. C. (2007). Self-projection and the brain. Trends in cognitive sciences, 11(2), 49-57.
-Fortuno, M. M. (2017). Promoción de la lectura con adultos mayores: beneficios de leer durante el envejecimiento (Doctoral dissertation, Universidad Veracruzana).
-Kidd, D. C., & Castano, E. (2013). Reading literary fiction improves theory of mind. Science, 342(6156), 377-380
-Speer, N. K., Reynolds, J. R., Swallow, K. M., & Zacks, J. M. (2009). Reading stories activates neural representations of visual and motor experiences. Psychological science, 20(8), 989-999