En este nuevo artículo de psicologia de psicologiamariapalau.com, hablamos sobre las hormonas que nos provocan bienestar y felicidad en nuestro día a día.
La calma y el bienestar, son algo que la mayoría de las personas queremos sentir. Muchas cosas nos pueden producir estas sensaciones, pero eso sí, como cualquier emoción, se tratan de experiencias subjetivas y que se van a generar también de forma subjetiva para cada uno de nosotros/as.
No obstante, a nivel cerebral es posible ver ciertos procesos bioquímicos universales que se activan cuando una persona dice estar feliz y sentirse bien, relacionados con la secreción de diferentes tipos de hormonas.
[SHORTCODE_ELEMENTOR id=»16243″]Las hormonas son sustancias que se encuentran liberadas por nuestro cuerpo y que inducen cambios fisiológicos en él. Algunas de ellas afectan a nuestro estado de ánimo y comportamiento. Es importante recalcar que cada persona es diferente y estas hormonas no se van a segregar de la misma forma y en la misma cantidad.
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Hormonas del bienestar
El cerebro humano tiene la capacidad de producir cuatro sustancias naturales relacionadas con la felicidad, el placer, la relajación y el alivio del dolor físico y emocional. Vamos a descubrir cuáles son, qué problemas trae tenerlas a niveles desregulados y qué puedes hacer para incrementarlas.
Como todo en psicología, que sean hormonas asociadas con el bienestar no significa que sean directamente las encargadas de este, recordemos que los procesos psicológicos son multifactoriales.
Serotonina
Es conocida como la hormona de la felicidad. Los niveles adecuados de serotonina se asocian con relajación, satisfacción, mayor concentración y autoestima. Fármacos como los antidepresivos actúan sobre los receptores de serotonina en el cerebro, aumentando sus niveles.
Es un neurotransmisor cerebral que además actúa regulando la función gastrointestinal. Casi el 90% presente en nuestro cuerpo se produce en el intestino, pero también se puede encontrar en las plaquetas y en el cerebro. Por este motivo, también se encuentra relacionada con el apetito. Entre sus funciones están las de crear la sensación de saciedad y regular los movimientos del intestino. Por este motivo, si se encuentra a unos niveles muy por debajo de los óptimos, van a incrementar las ganas de comer.
En resumen, la serotonina se encarga principalmente, en el sistema digestivo, de favorecer la sensación de satisfacción después de haber comido y, en el cerebro, influir en el estado de ánimo. También ayuda a disfrutar de un sueño reparador y pone en marcha el reloj interno del cuerpo.
¿Cómo se estimula su producción?
Para producir esta sustancia el cuerpo necesita una sustancia clave en la nutrición: el triptófano. Este aminoácido se obtiene a través de la dieta. Algunos alimentos ricos en triptófano son: el pollo, el pavo, el pescado, huevos, las nueces, los cereales, las legumbres, el arroz, la leche y derivados como el queso.
Además, podemos aumentar la cantidad de serotonina del cerebro realizando actividad física y buscando lugares con sol y luz.
Si el organismo no produce esta sustancia en cantidad suficiente, se podría experimentar una sensación de desánimo e insomnio. Por otro lado, un exceso de serotonina puede resultar peligroso. Por ejemplo, algunas drogas que provocan una descarga en el cerebro de tu reserva de serotonina, pueden ocasionar paranoia, deteriorar el juicio e impactar negativamente en la memoria.
Dopamina
Es conocida como la hormona de la recompensa. La dopamina produce placer y nos hace sentirnos bien, además de que juega un papel importante en la memoria. La producción de esta hormona nos motiva a repetir conductas que nos gustan. También se relaciona con otras funciones como favorecer el estado de alerta o ayudar al páncreas a liberar la cantidad adecuada de insulina después de comer.
¿Cómo se estimula su producción?
Se pueden incrementar los niveles de dopamina a través de la dieta, mayormente tomando frutas y verduras. Todo alimento que tenga antioxidantes es un buen aliado para tener niveles adecuados de dopamina. También ayudan a tener niveles óptimos de dopamina alimentos como los huevos, el chocolate y los frutos secos.
También para poder elevar la dopamina, te animo a establecerte objetivos a corto plazo o dividir en pequeños pasos aquellas metas que son a más largo plazo, y celebrar cuando las vayas cumpliendo.
Los niveles bajos de esta hormona se han relacionado con algunos problemas de salud, siendo el más conocido la enfermedad de Parkinson. Otras problemáticas asociadas a bajos niveles de dopamina son la depresión, ansiedad social, problemas de atención, memoria y resolución de problemas.
Por otro lado, tener altas concentraciones de dopamina se ha relacionado con problemas en varias zonas del cerebro, además de asociarse con trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
Oxitocina
Es conocida como la hormona del amor. La oxitocina se relaciona con experimentar una mayor seguridad, habilidades sociales y creación de vínculos sociales. Cuando nos enamoramos aumentan los niveles de dos hormonas, la dopamina y la oxitocina. El amor incrementa la dopamina, mientras que la oxitocina ayuda a que ese amor se mantenga en el tiempo, favoreciendo la creación de vínculos emocionales que se fortalecen al estar en contacto con los demás.
Esta hormona juega un rol fundamental en el establecimiento del vínculo materno filial y la lactancia. Además, aumenta la empatía y la confianza, regula la frecuencia cardíaca y disminuye la presión arterial, el estrés y la predisposición a adicciones.
¿Cómo se estimula su producción?
La oxitocina se puede estimular mayormente con el contacto físico. También se puede incrementar oyendo palabras de aliento, escuchando a los demás, practicando meditación, haciendo ejercicio, riendo, e incluso, llorando, al ser situaciones en las que liberamos emociones. La oxitocina también se relaciona con el orgasmo, tanto en hombres como en mujeres. Niveles bajos de oxitocina se han relacionado con la depresión.
Endorfinas
Las endorfinas son muy conocidas por su efecto analgésico, son sustancias liberadas por el cerebro capaces de modular y reducir el dolor físico. Producen euforia, felicidad, bienestar y despreocupación.
En situaciones de mucho estrés, las endorfinas son capaces de eliminar por completo el dolor por un período determinado de tiempo para que podamos hacer frente a la situación y sobrevivir. Una forma de estimularlas es con el ejercicio físico.
Estas cuatro serían las principales hormonas del bienestar, no obstante, existen otras sustancias como la melatonina, la adrenalina, el cortisol, que, si bien de forma no tan directa, nos proporcionan bienestar y felicidad, ya sea porque se presentan a niveles bajos o porque su alteración perjudica a nuestro estado anímico.