Los seres humanos tenemos la necesidad de comunicarnos con el resto de personas la mayor parte del tiempo. Sin embargo, normalmente no nos paramos a pensar en cómo es nuestra forma de hacerlo. Pero es posible que te identifiques en algunas situaciones como estar haciendo cola para un concierto y que alguien se cuele y no ser capaz de decir nada, una petición por parte de un amigo o familiar que no te viene nada bien y aun así la aceptas, la necesidad de pedir un favor y no poder.
La comunicación es una habilidad que se puede entrenar y poco a poco ir mejorando, por ejemplo, mediante el entrenamiento de habilidades sociales, entre las que destaca en entrenamiento en asertividad para este tipo de situaciones que pueden resultar más incómodas.
Si eres de las personas a las que les cuesta decir que no y transmitir lo que quieren, aprender a ser asertivo/a te permitirá gestionar mejor muchas situaciones que se traducen en estrés y malestar.
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¿Cuál es la definición de asertividad? ¿En qué consiste la comunicación asertiva?
La asertividad es la forma de comunicación que promueve la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos de forma clara y respetuosa, teniendo en cuenta los otros puntos de vista, sin reaccionar de forma pasiva o agresiva. Se trata de un elemento central de las habilidades de comunicación.
Ser asertivo/a significa saber expresarse y hacer valer nuestro punto de vista respetando las ideas y los derechos de los demás.
Cuando nos comunicamos de esta forma, actuamos desde la confianza hacia nosotros/as mismos/as y desde la calma, no impulsivamente desde las emociones que podemos estar sintiendo como pueden ser la rabia, el miedo o la ansiedad.
Ser asertivo/a es una forma de cuidado hacia uno/a mismo/a porque permite defender nuestros intereses y expresar tanto nuestros pensamientos como sentimientos.
Por supuesto, no solo importa lo que dices con palabras, sino también cómo lo expresas. La comunicación asertiva mejora las posibilidades de transmitir un mensaje y tener en cuenta a la otra persona. Consiste en reconocer y expresar las propias emociones, defender nuestros derechos y expresar nuestras necesidades, preferencias, deseos, críticas… todo esto de forma honesta, directa y respetando a los demás.
Aprender a comunicarse asertivamente no garantiza que consigamos aquello que queremos, pero lo hará más probable. Además, mejorará tus relaciones con otras personas y contigo mismo/a.


¿Cómo comunicar de forma asertiva?
- Utiliza frases en forma de ‘yo’, claras y directas: Puedes decir “no estoy de acuerdo” en lugar de “estás equivocado” y frases que expresen tu punto de vista sin hacer de menos la decisión de la otra persona “creo que lo que has hecho está bien, pero me gustaría…”.
- Describe cómo te hace sentir el comportamiento de la otra persona y no hables en nombre de ella, esto hace que las personas sean conscientes de las consecuencias de sus acciones, pero disminuye la sensación de ataque: “Cuando levantas la voz me asustas… preferiría que hablases más bajo”. Cambia frases como “no me quieres” o “es que no me entiendes” por “cuando ocurre esto (el comportamiento) siento que no estás respetando mi opinión” y “creo que no me he explicado bien”. No expongas tus ideas sobre los demás, simplemente hazles entender qué comportamientos prefieres.
- Mantén tu posición, no tienes que justificarte: puedes utilizar la técnica del disco rayado. Esto implica pensar en lo que quieres, tener claro que quieres transmitir y luego repetirlo todo el tiempo que sea necesario: “Me gustaría que me devolvieras el vestido que te presté… Sí, lo entiendo, pero me gustaría que me devolvieras el vestido…”
- Si no entiendes el comportamiento de la otra persona, pregunta: “Creo que estás enfadado, ¿hay algo que te moleste?”
- Reconoce si no sabes algo: no estás obligado a tener una respuesta y saberlo todo, eso es imposible. Simplemente puedes decir “no lo sé” o “no lo entiendo”.
- Habla con un tono y apariencia de calma: Las mismas palabras dichas en diferentes tonos, expresiones faciales y posturas tendrán resultados distintos en los demás.
- Piensa asertivamente: Para comunicarte asertivamente, necesitas tener ideas asertivas en tu cabeza y no actuar impulsivamente. Hay una serie de pensamientos irracionales relacionados como “siempre debo ser aprobado/a y/o querido”, “siempre tengo que mostrarme competente y adecuado/a en todo lo que hago” o “si no se algo, soy tonto/a”.
Tips y consejos para lograr tener una comunicación asertiva
• Conoce cuál es tu estilo comunicativo: ¿expresas tus opiniones o permaneces en silencio? Si ya estás a tope de trabajo o tareas, ¿sigues aceptando otras responsabilidades? ¿Culpas y juzgas a otras personas rápidamente? ¿Crees que la gente tiene miedo de hablar contigo o a contradecirte? ¡Concéntrate en tu estilo antes de comenzar a trabajar en él!
• Practica a decir no. Si tiene dificultades para negarte a las peticiones que te hacen, intenta decir algo como “no, no puedo hacer esto ahora”. No lo dudes, sé directo/a y si necesitas dar una explicación, sé breve, no te justifiques más de lo necesario.
• Practica lo que quieres decir primero. Si tienes dificultades para decir lo que piensas, práctica en algunos escenarios a decir lo que quieres decir en voz alta. Puede ser útil escribirlo primero para que puedas tener una idea de lo que necesitas decir. Puedes interpretar este papel con un amigo o alguna persona de confianza y que te dé su opinión.
• Presta atención a tu lenguaje corporal. La comunicación no es sólo verbal. Esto se puede practicar y conforme vayas mejorando aumentará tu confianza. Mantén una postura erguida y el contacto visual la mayor parte del tiempo, mantén una expresión facial neutral o positiva. Puedes familiarizarte con tu lenguaje corporal frente al espejo o grabándote mientras hablas.
• Escucha tus emociones. Los conflictos son difíciles. Puedes sentirte enfadado, frustrado o triste. Si te sientes demasiado emocional para lidiar con una situación en un momento dado, trata de esperar un poco, si es posible. En ese momento, intenta respirar lentamente y mantener tu voz lenta y constante. Si no es posible, es mejor dejar la discusión para otro momento.
• Da pequeños pasitos. Al principio practica las nuevas habilidades en situaciones de bajo riesgo. Por ejemplo, trata de ser asertivo con tu pareja o amigo antes de enfrentar situaciones más difíciles en el trabajo o conociendo a gente nueva.
Entrenarse en asertividad mejorará tus habilidades sociales, las forma en la que te sientes en estos ambientes y la forma en la que piensas que los demás te evalúan, aumentá la autoestima, te ayudará a poner límites y conseguir tus objetivos de la mejor forma y con menos emociones desagradables. Si tienes algo de ansiedad social o consideras que te vendría bien una guía más individualizada para mejorar estas habilidades, hacer terapia con un/a profesional de la psicología te ayudará.