¿Cómo se ve el TDAH en adultos?

En este blog sobre psicologia hablamos sobre el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es un trastorno psicológico común que se caracteriza por problemas de atención, impulsividad y/o hiperactividad, y no se limita a la infancia; también puede afectar a adultos.

De hecho, se considera que es el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en los adultos. La prevalencia en adultos se sitúa en torno al 4,4%. 2/3 de los niños que cumplen los criterios diagnósticos del TDAH continúan con síntomas en la edad adulta.

Además, con el paso de los años, muchos de los síntomas del TDAH suelen ir disminuyendo, especialmente los relacionados con la impulsividad.

El diagnóstico del trastorno puede suponer un gran alivio para quien ha padecido los síntomas desde su niñez pensando que era un problema de su forma de ser.

Puede ayudarle a entender muchas de las dificultades con las que se ha encontrado a lo largo de su vida y le permite ver las posibilidades de mejorar al recibir un tratamiento adecuado y al afrontar sus dificultades desde una perspectiva diferente.

Mientras para la mayoría de personas recibir un diagnóstico de TDAH puede ser un punto de inflexión en su vida, es cierto que, para otras, puede ser complicado a nivel emocional.

Algunas personas pueden sentirse invadidas por la ira, la pena, la culpa o la tristeza, por el hecho de no haber sido reconocidos sus síntomas hasta ser adultos.

A continuación, vamos a hablar de cuáles son los síntomas principales que observamos en adultos. Pero, es importante recordar que debe ser diagnosticado por un/una profesional ya que, tener algunos de estos síntomas no implica tener un TDAH.

Síntomas de TDAH en adultos

1. Dificultad para mantener la atención: a menudo tienen problemas para concentrarse en tareas que requieren esfuerzo mental continuo. Pueden distraerse con facilidad por estímulos externos o pensamientos internos, lo que les dificulta completar tareas importantes o seguir conversaciones largas. También pueden tener algo llamado hiperconcentración, que les lleva a concentrarse tanto en algo que dejan de atender y darse cuenta del resto de cosas que ocurren a su alrededor.

2. Impulsividad: La impulsividad se manifiesta como la incapacidad de pensar antes de actuar. Los adultos con TDAH pueden tomar decisiones precipitadas sin considerar las consecuencias a largo plazo. Esto puede llevarles a tener problemas en las relaciones interpersonales, gastos impulsivos y comportamientos arriesgados.

3. Inquietud e hiperactividad: Aunque los signos de hiperactividad disminuyen con la edad, algunos pueden experimentar una sensación constante de inquietud. Esto puede manifestarse como la incapacidad de relajarse o sentarse quieto durante períodos prolongados. A nivel mental, pueden sentirse inquietos y tener dificultades para quedarse quietos en situaciones que lo requieren.

4. Desorganización:  a menudo tienen dificultades para organizar sus vidas diarias. Pueden tener una casa desordenada, dificultades para mantener un horario y problemas para cumplir con plazos. La falta de organización puede afectar negativamente su trabajo y su vida personal.

5. Olvidos frecuentes: Olvidan citas, tareas y compromisos con regularidad. También pueden olvidar dónde colocaron objetos cotidianos como llaves, teléfonos o documentos importantes.

6. Problemas de manejo del tiempo: a veces tienen dificultades para estimar el tiempo de manera precisa. Pueden llegar tarde con frecuencia y tener problemas para cumplir con plazos preestablecidos.

7. Cambios de humor: Pueden experimentar cambios de humor repentinos e intensos. Esto puede incluir irritabilidad, frustración y dificultades para manejar el estrés.

8. Baja autoestima: este trastorno lleva a las personas que lo padecen a enfrentar desafíos en múltiples áreas de sus vidas, lo que puede llevar a una baja autoestima y una sensación de insuficiencia o inadaptación.

9. Problemas en las relaciones interpersonales: Los síntomas del TDAH pueden afectar las relaciones personales. Pueden tener dificultades para escuchar a los demás, seguir conversaciones y recordar compromisos sociales, lo que puede causar frustración en amigos y seres queridos.

10. Problemas de adicciones: presentan un mayor riesgo de desarrollar problemas de adicción, como el abuso de sustancias, debido a su búsqueda de estimulación y recompensa instantánea.

Qué hacer si sospechas que tienes TDAH o si has sido diagnosticado:

Busca ayuda profesional: Si crees que puedes tener TDAH, es importante buscar una evaluación y diagnóstico de un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o un psicólogo. Un diagnóstico adecuado es esencial para recibir el tratamiento adecuado.

Terapia cognitivo-conductual: La terapia puede ser beneficiosa para adultos con TDAH. Puede ayudarte a desarrollar estrategias para manejar los síntomas y mejorar la organización, la planificación y las habilidades de afrontamiento.

Medicación: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para tratar el TDAH en adultos. Estos medicamentos pueden ayudar a mejorar la atención y reducir la impulsividad. Pero solo si es lo recomendable en tu caso y ha sido recetado por el/la profesional pertinente, ya que en otros muchos casos, no es necesaria la medicación.

Educación y autocuidado: Aprender sobre el TDAH y cómo afecta tu vida puede ser muy útil. La educación puede ayudarte a comprender tus desafíos y a desarrollar estrategias para manejarlos. Además, el autocuidado, como mantener una rutina regular, hacer ejercicio y cuidar tu salud mental, puede ser beneficioso.

Apoyo social: Hablar con amigos/as y familiares sobre tu diagnóstico puede ayudarte a obtener apoyo y comprensión. Pueden colaborar contigo para crear un ambiente que te ayude a gestionar tus síntomas.

Adaptaciones laborales: Si tu TDAH afecta tu trabajo, considera hablar con tu empleador sobre posibles adaptaciones, como plazos flexibles o estrategias para aumentar la productividad.

Recuerda que el tratamiento y la gestión del TDAH en adultos es individualizado y específico, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Es importante trabajar con un psicólogo online o presencial para desarrollar un plan de tratamiento que se adapte a tus necesidades concretas.

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