La infidelidad es uno de esos incómodos temas tabús que sin embargo pueden tocar la vida de muchas personas en algún momento.
Tal vez has pasado por esta experiencia tan dolorosa al descubrir que tu pareja te ha sido infiel, o quizás has sido tú quien ha cruzado esa línea; probablemente ahora mismo estés sintiendo un torbellino de emociones y te encuentres en una encrucijada respecto a qué hacer.
Sea cual sea tu situación, es probable que sientas confusión y distancia con tu pareja, y que estés intentando entender qué ha salido mal y si hay manera de arreglar la situación.
En este artículo, explicaremos algunos aspectos sobre las infidelidades, descubriremos algunas causas y trataremos de darte un rayito de esperanza con ideas que pueden ayudar a que volváis a recuperar la confianza que ha podido verse deteriorada por este bache.
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¿Qué se considera una infidelidad?
Antes de nada, es necesario aclarar qué se considera una infidelidad. Aunque socialmente podríamos estar de acuerdo en que una infidelidad se produce cuando hay un contacto sexual con otra persona, no necesariamente tiene que ser así para todas las parejas.
En realidad, la definición de infidelidad puede variar de una pareja a otra, al igual que otros aspectos de la relación. Al principio de una relación, predomina la atracción y el cortejo, pero con el paso del tiempo, se van creando una serie de “acuerdos tácitos” sobre qué implica mantener esa relación a largo plazo.
Aunque no nos demos cuenta, formar una pareja con otra persona significa establecer una serie de acuerdos entre dos personas, pero socialmente se dan por sentado cuáles son: fidelidad, lealtad, compromiso, cariño, exclusividad, etc.
Esto puede parecer obvio, pero si no somos conscientes y no notamos que esto no encaja con nosotros, es más probable que acabemos en situaciones que no queremos o buscando algo distinto.
Así pues, sería conveniente poder hablar con nuestras parejas de qué consideraríamos una infidelidad, porque podríamos sorprendernos con la variedad de perspectivas.
Algunas personas podrían considerar que la intimidad emocional profunda con otra persona lo es, aún sin que haya habido sexo, o que flirtear, ligar o acariciar a alguien de manera íntima lo es.
Otra manera de concebir la infidelidad puede ser tener encuentros románticos sin que haya contacto físico, o el hecho de ocultar secretos y engaños.
Hay personas especialmente sensibles a las mentiras, y descubrirlas puede llevarles a una sensación de traición parecida a la que se siente cuando se descubre una infidelidad sexual.
Por último, en esta era tecnológica, comportamientos como tener conversaciones coqueteando por redes, o con mensajes sexuales, enviar fotos o vídeos íntimos a otras personas fuera de la pareja puede ser considerada una forma de infidelidad. ¡O no! cómo decíamos antes, todo depende de los acuerdos que haya establecido la pareja.
Sea cual sea el comportamiento infiel, todos tienen en común que generan muchas emociones desagradables y difíciles de gestionar, como la sensación de traición, la rabia, la decepción, la tristeza, la angustia o la inseguridad.
En mayor o menor medida, todas ellas producen un deterioro importante en la confianza hacia la otra persona, y en la cercanía que se siente con la pareja.
¿Por qué se pueden producir?
La posibilidad de infidelidad es un riesgo que está en todos los tipos de matrimonios. No tienen porqué estar atravesando muchos problemas para que se dé, ya que incluso aquellas que parecen felices pueden sufrir en algún momento esta traición, y es precisamente eso lo que las hace tan dolorosas.
Es importante tener en cuenta que no existe un único factor que puede llevar a una infidelidad, sino que pueden ser múltiples y muy variados:
- Insatisfacción con la relación: la insatisfacción puede estar en muchos aspectos: por percibir falta de compromiso, falta de sensibilidad, tener proyectos de vida distintos, notar una falta de afecto, echar de menos muestras de cariño, detalles, atención, o que haya necesidades afectivas no cubiertas, como sentirse atractivo o deseado, y por ello, querer experimentar de nuevo emociones relacionadas con el romance, la pasión…
- Problemas de comunicación: si se está produciendo lo anterior pero no nos vemos con capacidad para decírselo a la pareja, quizás es que faltan habilidades o espacio para poner sobre la mesa las propias necesidades emocionales y de pareja. Estos problemas de comunicación pueden llevar a la evitación de conflictos a corto plazo, pero no a la resolución de la insatisfacción.
- Problemas de salud física, como una enfermedad, discapacidad o dolor crónico.
- Problemas de salud mental, como la depresión grave mayor, problemas de ansiedad…
- Cambios vitales importantes: tener un hijo, emancipación de los hijos, cambios laborales, relaciones a distancia…
- Adicciones: a sustancias, a relaciones sexuales, al juego…
- Problemas sexuales: esto dependerá del nivel de importancia que se le dé a esta área dentro de la pareja o a nivel individual. La monotonía y el anhelo por encontrar algo distinto, los tabúes sexuales dentro de la relación, o desacuerdo en prácticas pueden ser algunos de los factores que deterioren la relación.
Posiblemente no estén recogidos todos los factores, pero sí pueden servir de guía para hacer un termómetro de cómo estaba la relación para poder entender qué pudo fallar.
No obstante, quedarnos enganchados en buscar exactamente todas las causas puede llevarnos a un bucle infinito, sobretodo si tratamos de hacerlo de manera individual, y probablemente quedarnos rumiando sobre ello para echárselo en cara a la otra persona, lejos de ayudar, nos hará sentir más traición (o culpa, en el caso de haber sido quien ha cometido la infidelidad).
Claves para reconstruir un matrimonio tras una infidelidad
Llegados a este punto, puede parecer casi imposible reconstruir esa confianza. Si bien no es un camino fácil y ambas partes tienen que hacer un gran esfuerzo, hay posibilidad de reconstruir un matrimonio después de una infidelidad.
La confianza es un sentimiento basado en acciones repetidas y en actitudes, y en la medida en que ambos componentes de una pareja remen en el mismo sentido, llegarán al puerto desde el que una vez partieron. Aquí presentamos algunas estrategias clave para ayudar en el proceso:
- Terminar la relación con la tercera persona y evitar todo tipo de contacto con ella. Es recomendable que si te la encuentras por casualidad o si trata de contactar contigo, se lo comentes a tu pareja. Aunque esto pueda molestarle, puede ayudar a eliminar la duda y recuperar la confianza.
- Comunicación abierta y honesta con tu pareja. Hablar de la infidelidad puede ser muy doloroso para la otra persona, pero también ésta tendrá muchas preguntas. Procura ser sensible con la reacción emocional y trata de responder de manera honesta, de lo contrario, tu pareja podría imaginar la información que no le dices e irse a lo peor. Aunque al principio el tema sea más recurrente, intenta intercalar las conversaciones con otros temas para que no sea el único punto que os una.
- No mentir. Quizás por un tiempo sea recomendable ser “un libro abierto” para la otra persona. La infidelidad se ha producido por una serie de mentiras y secretos, por lo que volver a aprender que la pareja es alguien en quien poder confiar podría implicar ser transparente y permitir que tenga acceso a revisar cierta información (mensajes, llamadas, cuentas bancarias).
- Tomar responsabilidad. Cometer una infidelidad es una decisión que muchas veces se camufla con “emociones descontroladas”, y se puede tender a culpabilizar aspectos del matrimonio que no estaban bien. Hay muchas opciones para mejorar un matrimonio que no tienen que ver con ser infiel, y por eso es importante no echar balones fuera y tomar responsabilidad de lo que se hizo.
- Pedir perdón y reparar el daño. Probablemente será necesario pedir perdón en varias ocasiones a lo largo del proceso de reconstrucción del matrimonio, pero también supondrá poder perdonarse a uno mismo por lo que pasó. La infidelidad puede causar mucho daño emocionalmente, y es importante reconocerlo y validarlo. Sin embargo, las acciones son las que más demostrarán ese arrepentimiento y compromiso nuevo. Algunos ejemplos pueden ser: llegar puntual a casa, reservar tiempo de calidad con la pareja, estar atento a detalles, ser confiable en las promesas diarias…
- No definir el matrimonio por la infidelidad. Con el tiempo, la infidelidad será parte de vuestra historia pero no lo único. Recordar momentos bonitos de la relación, como el día de la boda o los logros y obstáculos superados, puede hacer reconectar de nuevo con las emociones que en su momento originaron la pareja. Es importante volver a recuperar la diversión y la amistad con esa persona, dos aspectos fundamentales para sentirnos más cercanos y cómodos con el otro.
Esperamos que estas claves os ayuden en este arduo proceso. Nosotras en www.psicologiamariapalau.com, psicólogas online, estaremos encantadas de poder acompañaros si así lo necesitáis.
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