Dar el paso de ir a terapia no es fácil. Cuando por fin nos decidimos, podemos tener ciertas dudas de si realmente es lo que necesitamos o no.
Como hemos comentado en otros posts, hay muchos mitos acerca de lo que supone ir a terapia, y aunque últimamente hay mucha promoción al respecto, estar en un proceso de terapia no siempre es un camino de rosas en el que salimos sintiéndonos bien.
Así, en ocasiones, podemos sentirnos peor o salir más desanimados, y es lógico que esto nos lleve a pensar que no estamos avanzando o que la terapia no nos está funcionando.
Hoy queremos darte algunas ideas o guías para que puedas sentir y saber si estás en el camino correcto respecto a tu proceso terapéutico, y algunas señales que te indicarán que la terapia está funcionando.
¡Ojalá la terapia funcionase como una pastilla y sus efectos se notasen en cuestión de horas!
Probablemente eso haría que el trabajo de las psicólogas fuera más fácil, pero también haría que el nivel de satisfacción fuese menor, así como la sensación del logro, dos factores fundamentales para mejorar la autoestima y el bienestar.
Aunque no podemos negar que los resultados en terapia dependen de mucho esfuerzo y dedicación, sus efectos y resultados son más duraderos en el tiempo, ya que implica aprender estrategias y tener el autoconocimiento que nos permitirá afrontar mejor las situaciones problemáticas, sean las que sean.
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6 Señales de que la terapia está funcionando:
- Te sientes mejor: aunque esto no tiene por qué suceder en todas las sesiones (ya que a veces podemos salir movidos por tratar algunos temas), en general la terapia te hace sentir que hay esperanza en cambiar lo que te hace mal o que lograrás poco a poco acercarte a lo que quieres.
- Sientes que tu terapeuta te comprende y acompaña: la alianza terapéutica con tu psicóloga es un aspecto importante para que la terapia funcione, por lo que sentir que ésta te comprende y te acompaña en los momentos duros es una buena señal de que funcionará aquello en lo que trabajéis. Sin embargo, otras personas también nos pueden hacer sentir comprendidos y acompañados, y por eso esto no es lo único que debe indicarte que estás en el lugar “correcto”.
- Sientes que tienes más capacidad para afrontar situaciones difíciles: por mucho que guste que nos entiendan, la terapia tiene el objetivo de ayudarte a cambiar aspectos que te producen malestar. Es por eso que, si vas sintiendo que tu capacidad de afrontar ese malestar es cada vez mayor, entonces la terapia está siendo efectiva.
- Confías más en tu capacidad de manejar tus emociones: igual que lo anterior, sentir que tenemos una mejor relación con nuestras emociones, con lo que nos indican y con la capacidad de regularlas, es un buen indicador de que está habiendo avances.
- Si hay “recaídas”, son menos duraderas o sabes cómo sobreponerte: las recaídas forman parte de cualquier proceso de terapia, y por eso no se deben tomar como señales de no avance. Lo importante no es no volver a caer, porque eso es algo inevitable, sino que cuando eso ocurra, seamos capaces de detectarlo y reaccionar de manera adaptativa con mejor desempeño.
- Ves que hay cambios fuera de sesión en otras áreas de tu vida: ir a terapia se nota no solo en el problema que te llevó a pedir ayuda, sino en otros aspectos de tu vida que también se veían afectados. Notar que otras áreas de tu vida han mejorado es una buena señal de que lo que has trabajado en sesión se ha generalizado a muchas situaciones.
Tips para ver en ti mismo que la terapia está funcionando
Como comentamos al principio, la terapia no es un proceso rápido que aporte resultados a corto plazo. Si consideramos corto plazo un mes, quizá lo que hayas notado es que te sientes mejor por haber podido descargar la angustia o el malestar que llevabas guardado, pero realmente es poco tiempo para poder notar cambio, más aún si no se ha empezado a trabajar en nada.
Además, esto dependerá de la frecuencia de las sesiones. Si justo te encuentras en este punto, aquí te dejamos algunos tips para que puedas ver el progreso que realmente se produce con la terapia, y que te permitirá ver si está funcionando o no para ti.
Marcar objetivos o cambios concretos
Es importante que en las primeras fases de terapia se definan bien qué problemas han sido los que te han llevado a pedir ayuda, y cómo crees que estarías viendo que se producen cambios. Marcar objetivos de esta manera permite no sólo motivarte hacia lo que quieres conseguir, sino también concretar en qué notarías ese avance, y por tanto, tus señales individuales que atenderíamos para saber si la terapia está funcionando para ti.
Registrar cómo te sientes periódicamente
Llevar un recuento que permita observar cómo van disminuyendo tus síntomas o tus emociones es otra manera fiable de medir el progreso. Esto es aplicable también a los objetivos marcados en un principio, es decir, puedes registrar si te estás acercando o no a los aspectos que quieres que sean distintos. Por ejemplo, ver si tus niveles de ansiedad van disminuyendo, o si las actividades o hábitos que querías introducir en tu día a día van aumentando en frecuencia.
Llevar un diario de terapia
La escritura es una de las mejores herramientas para conocerse a uno mismo, ya que permite analizar lo que se ha escrito pasado un tiempo. Después de cada sesión puedes escribir tus reflexiones o conclusiones y revisarlas con el tiempo, para ver si eso que escribiste lo ves de la misma manera o no. Una vez que lleves cierto tiempo haciendo esto, notarás que tu manera de pensar y de sentir respecto a lo que escribiste es muy distinto, y así poder poder revisar si te estás acercando hacia la versión que quieres ser.
Preguntar a tu entorno
Cuando somos pequeños y vamos creciendo, suelen ser los demás los que se dan cuenta de nuestra evolución en estatura, aspecto o actitud, y a nosotros se nos hace más difícil detectarlo. Esto ocurre porque estamos constantemente con nosotros mismos, y nos vamos habituando a esos cambios. De igual manera, puede que en terapia se estén dando cambios en nuestros comportamientos o actitudes que no valoramos porque los vamos integrando en esta nueva versión que paulatinamente va instalándose. Es por ello que preguntar a nuestros familiares o amigos puede ser una manera de saber si realmente desde fuera se están viendo los cambios.
Esperamos que estos tips te ayuden a aclarar en qué punto te encuentras con tu proceso de terapia. Desde la Clínica Psicología Maria Palau, estaremos encantadas de poder acompañarte.