En este nuesvo artículo sobre psicología, y más en concreto, sobre psicología infantil, enfocada a los más pequeños de la casa, hablamos sobre la inteligencia emocial de los niños y niñas. Las emociones son grandes condicionantes de nuestra conducta, capaces de influir en tu vida en muchos sentidos.
Son necesarias y útiles, pero dependiendo de la forma que tengamos de gestionarlas, pueden convertirnos en personas integradas socialmente y capaces de afrontar las distintas situaciones de su vida de forma funcional o todo lo contrario.
Al igual que sucede con cualquier aprendizaje, las emociones determinan nuestra manera de afrontar la vida. Emoción, pensamiento y acción, son tres elementos relacionados, presentes en todo aquello que hacemos a diario. La comprensión y el control de las emociones resulta imprescindible para nuestra integración en sociedad, pero si esta falla, nos convertiremos en personas inadaptadas, frustradas e infelices.
Resulta, por tanto, crucial enseñar a los/as niño/as a manejar y controlar sus emociones, para que puedan así desarrollar una adecuada inteligencia emocional que contribuirá a que, en la edad adulta, puedan gestionar adecuadamente sus emociones, ser más empáticos/as, establecer relaciones interpersonales más saludables y tener una vida mucho más satisfactoria.
Contents
¿Qué es la Inteligencia emocional?
La inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones y las de los demás. Existen varios tipos de inteligencia emocional y componentes interrelacionados que contribuyen al manejo efectivo de las emociones y a la interacción social exitosa. Estos componentes son:
- Conciencia emocional: es la capacidad de reconocer y comprender las propias emociones en diferentes situaciones. Esto implica ser consciente de cómo te sientes y por qué te sientes de esa manera.
- Autorregulación: es la habilidad de gestionar y controlar las propias emociones, evitando reacciones impulsivas. Implica manejar el estrés, la ansiedad y otras emociones desagradables de manera saludable y funcional.
- Motivación: es la capacidad de dirigir y mantener la atención y la energía hacia tus propios objetivos. Las personas con alta inteligencia emocional tienden a ser más persistentes y estar enfocadas en sus logros.
- Empatía: es la habilidad de comprender y compartir las emociones de los demás. Esto implica ser capaz de ponerse en el lugar del otro y percibir sus sentimientos y perspectiva.
- Habilidades sociales: es la capacidad de establecer relaciones interpersonales saludables y efectivas. Esto incluye la comunicación asertiva, la resolución de conflictos, la cooperación y la construcción de conexiones significativas.
Por tanto, el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños y niñas va a contribuir significativamente a su crecimiento personal, relaciones saludables, éxito académico y adaptación positiva a las diversas situaciones que enfrentarán a lo largo de sus vidas.
Los padres y madres, educadores/as y cuidadores /as desempeñan un papel fundamental al brindar oportunidades para que los niños practiquen y fortalezcan estas habilidades emocionales desde una edad temprana.
Estrategias para desarrollar la inteligencia emocional en los niños
Como hemos comentado, fomentar la inteligencia emocional en los niños es una inversión valiosa en su desarrollo personal Aquí hay algunas estrategias que pueden utilizar los adultos para ayudarles a promoverla:
- Da ejemplo: Los adultos son modelos a seguir para los niños y niñas. Demuestra cómo manejar tus propias emociones de manera positiva y constructiva. Expresa tus propios sentimientos en situaciones apropiadas y muestra empatía y respeto hacia los sentimientos de los demás.
- Ayuda a reconocer y etiquetar sus emociones: debemos acompañar a los niños/as en el reconocimiento de las emociones básicas, es decir, enseñarles a reconocer, etiquetar y aceptar sus emociones y las de los demás. Solo así podremos enseñarles luego a gestionarlas. Pregúntale cómo se siente y por qué, es importante validar y dar importancia a sus emociones. Facilita también la expresión emocional abierta y honesta.
- Ayuda a desarrollar habilidades de empatía: Trata de facilitar la comprensión de las emociones de los demás. Por ejemplo, puedes preguntarle cómo cree que se siente alguien en una determinada situación y cómo podría ayudar a esa persona, también podéis leer juntos/as cuentos que involucren diferentes emociones y perspectivas.
- Promueve la autorregulación: Enseña estrategias para manejar las emociones desagradables, como la respiración profunda, el tiempo fuera o el contar hasta diez. Anima a los niños a identificar formas positivas y funcionales de lidiar con el estrés y la frustración.
- Fomenta y facilita la comunicación abierta: Crea un ambiente en el que los niños y niñas se sientan cómodos compartiendo sus sentimientos. Escucha activamente cuando hablen y valida sus emociones, incluso si no estás de acuerdo.
- Enseña a escuchar. debemos enseñar que es muy importante escuchar para entender lo que nos están diciendo. Practicar la escucha activa, no pasiva. Es decir, callamos para escuchar y entender y para poder ponernos más fácilmente en el lugar del otro.
- Fomenta una adecuada autoestima: Ayuda a que desarrolle una imagen positiva de sí mismo/a y a reconozca sus propias fortalezas y cualidades.
- Hacer uso de juegos emocionales: Utiliza juegos y actividades que le ayuden a identificar y comprender las emociones, como juegos de roles, tarjetas de emociones o actividades de arte y escritura relacionadas con los sentimientos.
Recuerda que el desarrollo de la inteligencia emocional es un proceso gradual y continuo. Sé paciente y apoya a los niños y niñas en su camino hacia un mayor entendimiento y manejo de sus emociones.
Si sientes que tu hijo o hija tiene dificultades en las habilidades mencionadas, trabajar con nuestra psicóloga infantil especializada en gestión emocional puede ser un gran apoyo para que las consiga.