Hacer las maletas, cerrar la puerta de tu hogar por última vez y emprender rumbo hacia un destino “desconocido”…
El cambio de país o cambio de residencia es un proceso que, para algunas personas, se hace complicado o supone un gran impacto psicológico debido a que conlleva dejar atrás lo familiar para sumergirse en lo incierto, una decisión que a menudo va acompañada de un torbellino de emociones.
Emigrar según la psicología puede ser tan estimulante como intimidante. Al principio, puede parecer un «salto al vacío», un acto de fe hacia lo desconocido. Las razones detrás de este gran paso son tan variadas como personales: la búsqueda de nuevas oportunidades, el deseo de un cambio de escenario, la necesidad de encontrar un sentido de pertenencia en algún lugar distinto, búsqueda de estabilidad personal…
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Problemas psicológicos que pueden presentarse.
Cuando emigrar o cambiar de país de residencia no se gestiona de una forma adecuada, puede tener como resultado una pobre adaptación al nuevo lugar, sentimiento de culpa, ansiedad, tristeza, estrés continuado, sensación de vacío o de soledad que pueden afectar en el día a día al nivel de salud, bienestar, ocio o a la hora de construir relaciones interpersonales sanas.
Si el estrés se mantiene de forma prolongada, puede suponer un gran impacto en la salud mental y física de la persona, pudiendo ocasionar problemas de tipo psicológico como:
- Choque cultural.
Se refiere al impacto que puede provocar en una persona que se encuentra en un entorno diferente al que está habituada. Tras unos meses en el nuevo entorno comienza a ser consciente de las nuevas normas sociales y de las diferencias de las normas sociales de origen y la actual. Es esa sensación que reconocemos como sentirse “fuera de lugar”.


- Duelo migratorio.
Es una sensación de pérdida o de extrañeza cuando la persona cambia de residencia o de país. de origen. Es un proceso donde puedes sentir emociones desagradables y confusas, y sensaciones físicas como la “sensación de vacío” y de no pertenecer a este nuevo entorno.
- Síndrome de Ulises.
Se trata de un cuadro de estrés crónico y múltiple, que implica un gran malestar a nivel emocional, mantenido en el tiempo, sufrido por aquellas personas que han realizado este proceso de migración.
11 Claves para cambiar de país de residencia con éxito
A continuación, presentamos consejos a tener en cuenta a la hora de afrontar el cambio de país de residencia:
- Planificar regulando nuestras expectativas: Es aconsejable plantear objetivos flexibles y acordes a la situación real. Que sean concretos y medibles, de forma que los objetivos sean alcanzables y no demasiado exigentes, lo que nos haría conectar con la frustración.
- Investigar la cultura y el idioma: Antes de mudarte, es importante investigar y aprender sobre la cultura y el idioma del nuevo país. Esto te ayudará a adaptarte más fácilmente y a evitar malentendidos. Puedes tomar clases de idiomas o utilizar aplicaciones de aprendizaje para mejorar tus habilidades lingüísticas.
- Preparación financiera: Asegúrate de tener una planificación financiera sólida antes de la mudanza. Esto incluye conocer el costo de vida en el nuevo país, tener un presupuesto detallado y contar con ahorros suficientes para afrontar posibles gastos iniciales. También es recomendable abrir una cuenta bancaria en el nuevo lugar.
- Documentación en regla: Asegúrate de tener todos los documentos necesarios para la mudanza, como visas, permisos de trabajo y pasaportes. Consulta con las autoridades migratorias del país de destino para estar al tanto de los requisitos y los plazos necesarios para obtener la documentación requerida.
- Flexibilidad y paciencia: La adaptación a un nuevo país puede llevar tiempo, y es probable que enfrentes desafíos inesperados. Mantén una actitud flexible y paciente. No te desanimes si las cosas no salen como esperabas inicialmente. Aprovecha cada experiencia como una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
- Ser consciente de la verdadera motivación que hay detrás del cambio de país de residencia: Es fundamental replantearse estos motivos para poder verlo desde la perspectiva de un nuevo reto y nuevas oportunidades, en lugar de dejar el país de origen con una sensación de fracaso y falta de control. Un ejemplo sería que en vez de plantearlo como “en mi país no encuentro trabajo de lo mío y me toca irme”, intentar conectar con lo que sí que nos apetece, “ganar más dinero” “conocer nuevas personas” “poder desarrollarme profesionalmente”. No siempre va a ser posible encontrar una motivación suficiente como para hacer este cambio, pero si la hay, es importante conectar con ella.
- Despedirnos de forma consciente: Dedicar un momento de forma consciente a despedirnos de nuestro lugar de origen para facilitar el proceso de duelo, como si fuese un “ritual”. Así como despedirnos de las personas y seres queridos para comenzar esa nueva etapa con nuevas metas, y búsqueda de un nuevo modo de mantener el contacto con estas personas. Puedes hacer las cosas que más te gustan los últimos días antes de irte, escribir una carta o hacer una comida con las personas valiosas para ti.


- Mantener hábitos: Al mantener nuestra rutina, los niveles de estrés se reducen y esto permite que la adaptación al nuevo país de residencia sea más sencilla. Aquí vamos a tener en cuenta las metas y objetivos que nos hemos propuesto anteriormente, actividades que me gusta hacer y es posible llevarlas a cabo en este nuevo contexto. Podemos utilizar recordatorios para facilitar que se lleven a cabo esas actividades agradables, así como es importante celebrar los pequeños retos que hemos conseguido.
Además de las actividades agradables, es necesario que nuestras necesidades básicas estén cubiertas, mantener una alimentación y sueño de calidad. Así como mantener una rutina de ejercicio físico sería recomendable para mejorar nuestro bienestar en la llegada.
- Crear nuestra red social: Es fundamental crear una red de apoyo social, estar en contacto con otros migrantes y compartir vivencias. Podríamos buscar a otras personas en situación similar en nuestra zona a través de asociaciones o grupos de apoyo específicos en el nuevo lugar de residencia.
Como también es beneficioso conocer a personas locales que nos ayuden a conocer el nuevo lugar, nuevos hábitos, que formen parte de mi red actual de apoyo, compartir vivencias y experiencias.
- Mejorar el autoconocimiento. La llegada a un nuevo lugar nos permite explorar cuáles son nuestras fortalezas, dificultades, qué rutinas tengo y qué actividades disfruto. Me da la oportunidad de mejorar mi autoconocimiento. Además, me va a permitir comprender e identificar qué emociones siento ante determinadas situaciones y cómo gestionarlas.


- Vive el presente. Es frecuente idealizar el pasado y sentir nostalgia que nos impide disfrutar de lo que estamos viviendo. También puede que nos obsesionamos con el futuro y sufrir ante la incertidumbre de cómo irá en el futuro. Por eso es necesario poner el foco en el ahora, el lugar donde estamos, qué actividades podemos hacer, cómo me siento y objetivos planificados anteriormente.
Aun teniendo todo esto en cuenta, el cambiar de lugar de residencia puede ser difícil de gestionar y suele ser un proceso bastante solitario. Si necesitas acompañamiento y alguien que te guíe y te de estrategias para afrontarlo de la manera más sana para tí puedes contactar con psicologiamariapalau, somos especialistas en gestión emocional y miedos.