Es importante diferenciar cuando se trata simplemente de un miedo o preocupación por la salud o se trata de un miedo excesivo o miedos irracionales sobre la salud que afectan a la vida diaria. En algún momento es natural tener cierto miedo sobre todo si se han tenido ciertas experiencias negativas relacionadas con la propia salud o la de familiares.
La primera característica principal es saber si tendemos a caer en un círculo vicioso de la ansiedad, que me hace tener un comportamiento obsesivo respecto a la enfermedad (real o imaginaria), que nos hace buscar demasiada información en internet o en profesionales para sentirnos más tranquilos.
Las personas que no entran en este círculo vicioso de la ansiedad tienden a preocuparse también por la salud pero sin necesidad de entrar en el bucle o sin causar este malestar tan significativo, pueden ir al médico y se dejan asesorar por ellos sin necesidad de hacer búsquedas continuadas.
Las personas que no tienen hipocondría pueden sentir miedo sobre su estado de salud, pero este es causado por causas reales o posibles. Asumen el proceso de diagnóstico, supervisión y tratamiento en manos del profesional y adoptan el pensamiento de “yo no puedo hacer más de lo que estoy haciendo, estoy en manos de profesionales que son los que conocen y me pueden hacer pruebas y explicar”.
Las personas con hipocondría viven en un estado de alarma y preocupación ante cualquier situación como un corte o una pequeña herida, un resfriado etc. hace que sientan la necesidad de comprobar y adoptan el pensamiento de “tengo que hacer todo lo posible, si hay una mínima probabilidad de que pase es que puede pasar y tengo que evitarlo”.
La duración es otro factor a tener en cuenta para saber si es una preocupación sana, la cual llega en momentos puntuales, como cuando aparece un corte o un dolor de estómago puntual. En cambio, la persona con hipocondría genera una preocupación mucho más frecuente y constante, pudiendo permanecer el malestar durante meses o incluso años.
El hecho de persistir ante un diagnóstico previo es otro de los factores que nos ayudan a conocer si es una preocupación sana o necesitamos pedir ayuda. Una persona que maneja su preocupación consigue tranquilizarse con la devolución y diagnóstico del médico confiando en el profesional.
Mientras que las personas con hipocondría tienden a continuar preocupado/a y alarmado/a por la salud a pesar de haber recibido la devolución del médico, aunque éste les asegure que todo está bien y no hay un peligro real y está todo revisado. Esto les lleva a consultar con otros médicos, hacer más pruebas médicas y tener preocupaciones acerca de la salud en el futuro.
Cómo reconocer la hipocondría
Estos síntomas te pueden ayudar a reconocer los síntomas de hipocondría y así, si te sientes identificado puedas pedir la ayuda u orientación que necesites.
- Las personas con hipocondría están constantemente preocupadas por su salud y experimentan cualquier cambio de su estado físico de forma catastrófica. Tiene miedo ante la idea de contraer o padecer alguna enfermedad y que ésta sea grave.
- Viven su salud con gran ansiedad y están siempre atentos y focalizados en su cuerpo, reacciones y síntomas que puedan tener.
- Cualquier síntoma puede ser motivo de preocupación para la persona ya que tienden a interpretarlo de la forma que les da más miedo.
- Son capaces de describir los síntomas con extrema minuciosidad, centrando el foco en pequeños detalles y dándoles una elevada importancia.
- Además, la mayoría visitan a su médico de cabecera o especialistas para que les hagan exploraciones y pruebas con el objetivo de buscar seguridad. Estas pruebas consiguen tranquilizar a muy corto plazo y de forma temporal, apareciendo de nuevo la duda tras un período corto de tiempo.
Consejos para ayudar a una persona con hipocondría
No es fácil acompañar o vivir al lado de una persona que está sufriendo, a veces se nos puede hacer difícil ese acompañamiento, esa convivencia o esas reuniones con estas personas en esos momentos.
Cualquier signo le puede hacer interpretar rápidamente que puede ser signo de una grave enfermedad y sufrir por ello.
Por eso, es importante tener en cuenta estas recomendaciones para ayudar a la persona y que vuestra relación también pueda mejorar a medio plazo:
- Anima y acompaña a vuestro familiar a realizar la terapia que necesite.
- Evitad hablar continuamente del mismo tema y de aportar continuamente información tranquilizadora porque esto le puede calmar en un primer momento pero luego buscará de nuevo esa reaseguración o seguirá dándole vueltas.
- Apoyad a la persona, permaneced con cercanía, acompañando cuando sienta ansiedad intensa. Tratad de razonar luego de forma calmada por qué es peligroso acudir a demasiadas visitas médicas o especialistas en momentos de ansiedad intensa.
- Intentad no responderle a sus dudas que surgen a partir de la inseguridad. ¿No tendré nada grave? ¿Crees que esto puede ser X? Es fundamental entender que no podemos tener la respuesta correcta al no tener los medios necesarios. Por ello, al no poder darle una respuesta correcta, si respondemos a ese tipo de preguntas de forma continuada, intentaremos hacer que se sienta más seguro/a pero esto hará que aparezcan a partir de aquí más dudas y preguntas a partir de la inseguridad.
Si te has sentido identificado con estas señales, sientes un miedo intenso a tener alguna enfermedad, tiendes a enfocarte mucho en tus síntomas para reasegurarte o tiendes a acudir demasiado al médico en búsqueda de tranquilidad, pero aún así no la consigues a largo plazo, puede tratarse de un miedo intenso, ansiedad relacionado con la salud, y esto provoca pensamientos intrusivos y síntomas que son necesarios gestionar para mejorar tu calidad de vida y bienestar.
Si necesitas ayuda puedes preguntarnos en psicologiamariapalau, especialistas en miedos, ansiedad y fobias para que te podamos orientar teniendo en cuenta tu caso concreto.