¿Te tiemblan las piernas ante la sola idea de hablar en público? ¿sientes que no tienes las habilidades para hacerlo pero te encantaría poder ser buen orador/a? terapia online psicológica
El miedo a hablar en público es muy frecuente ya que a la mayoría de personas nos cuesta exponernos a que nos puedan juzgar, pero muchas veces, ese temor nos impide lograr los objetivos que tenemos.
Se trata de un arte que requiere mucha práctica y dedicación. Es esencial para hacer frente en muchas ocasiones a las necesidades profesionales, desde la presentación de un proyecto una discusión entre compañeros, dar una conferencia o un curso o incluso para vender un producto o servicio… Aquí tienes algunos consejos para poder enfrentarlo y mejorar como orador/a.
7+1 Consejos para sentirse bien al hablar en público
Estudia a tu audiencia
¿Quiénes son las personas que escucharán tu discurso, qué piensan, qué les gusta? Conocer los datos demográficos de tu audiencia puede ayudar, siempre que sea posible: si son amigos, entretenlos; si son compañeros, trata de inspirarlos y ofrecerles un punto de vista alternativo para mejorar en el trabajo.
Practica y aprovecha las oportunidades
No hay mejor manera de dominar el arte de hablar que exponerse constantemente a hacerlo, entrenarlo, eso sí, de forma gradual mejor. Prepara tu discurso y ensaya durante unos días, solo/a frente al espejo, después frente a una pequeña “muestra” de la audiencia. Puedes empezar por gente de confianza, amigos o familiares e iniciarte con una o dos personas y progresivamente ir aumentando la cantidad de gente a la que te expones. Al hacerlo, comprenderás si tu discurso es efectivo y cuáles son los aspectos a mejorar. Pregunta a tu audiencia de entrenamiento y que te comenten los aspectos positivos y que puedas mejorar.
Cada oportunidad para hablar en público te permite mejorar: aprovecha las oportunidades que se te presenten para hacerlo y entrenar, poco a poco, el miedo irá disminuyendo.
Encuentra tu estilo
El estilo y el enfoque a adoptar cambiará según el evento al que asistas y, sobre todo, según tu forma de ser y expresarte. En algunos contextos, puedes darte el lujo de leer tu discurso, mientras que en otros necesitas memorizarlo bien. Lo más importante es que no intentes imitar a otras personas, inspirarte y coger ideas está bien, pero que expreses las cosas de forma natural y respetando tu estilo.
Algo importante ir sin prisas: hacer los descansos adecuados, reducir la velocidad y deletrear bien las palabras. Se necesita entender realmente el mensaje y transmitirlo sintiéndolo de alguna forma, por ello, el memorizar sin comprender y sin hacerlo tuyo puede limitar esa interacción.
Observa tu lenguaje no verbal
Alrededor del 70% de la comunicación tiene lugar de forma no verbal. Los gestos, las expresiones faciales y los elementos como el tono de voz son fundamentales en una buena comunicación.
Puedes ponerte frente a un espejo y observar tus gestos, tratando de mejorarlos de acuerdo a tu mensaje. Puedes ver videos de personas que admires y creas que transmiten con sus mensajes y fijarte en qué cosas les ayudan a llegar a la gente.
El tono de voz y el volumen no tienen por qué ser iguales en cada momento de tu discurso: estos dos elementos ayudan a dar el sentido correcto a lo que quieres decir y a atraer la atención de la audiencia. La voz eficaz debe adaptarse a las palabras y así, captar el interés de los destinatarios.
Hacer contacto visual con los miembros de tu audiencia es muy importante para que tu discurso funcione. Haz que cada elemento que conforma a tu audiencia se sienta como el destinatario único de tu mensaje.
Mira a la gente a los ojos y no te limites a los que están sentados en las primeras filas. Esto ayudará a transmitir tu mensaje y aumentar la participación.
Usar el humor y la emoción
En un discurso, sea del tipo que sea, siempre hay espacio para el humor y la emoción. El humor es un arma para mantener viva la atención de la audiencia y crear una conexión empática, así como poner algo de emoción y vivencias propias o reales que puedan resultar interesantes, esto nos hace humanos y nos acerca al resto de personas. El estilo de la comunicación suele ser más importante que el contenido para crear una conexión emocional con las personas.
Prepárate psicológicamente antes de salir
Antes de empezar a hablar en público, dedícate un tiempo a ti mismo/a y reúne la energía que necesitas para abordarlo todo.
Concéntrate, permanece en silencio y despeja tu mente de cualquier pensamiento negativo que pueda afectar tu comunicación. Muchas personas que se exponen al publico en sus trabajos tiene mantras y rituales de conexión con el presente, para dejar de lado los pensamientos negativos que en momentos de nervios podemos tener todas las personas y conectar con lo que están haciendo.
Lo mejor para el final
La conclusión, así como la apertura, son fundamentales en un buen discurso. Puedes ofrecer a tu público elementos de reflexión, perspectivas alternativas o posibilidades sobre la evolución de un tema determinado.
Pide retroalimentación
Solicitar comentarios para muchos/as de nosotros/as puede ser cualquier cosa menos simple, especialmente por temor a ser criticados/as.
Las críticas constructivas sin duda te ayudarán en tu crecimiento: escúchalas y hazlas tuyas para aprender a hablar en público y no cometer los mismos errores.
Estas pautas son básicas para mejorar a la hora de hablar en público, tener ciertos pensamientos que nos produzcan inseguridad en algún momento, nervios o miedo en alguna ocasión es normal y entrenando irán disminuyendo. Pero si eres una persona a la que esto le genera mucho malestar, ansiedad, sensaciones físicas muy desagradables, anticipa muchas situaciones negativas y le interfiere en su día a día, es importante que se trabaje en terapia qué mantiene esos miedos más intensos (pensamientos, experiencias, conductas…) para poder atajarlos y después ser capaces de enfrentarnos a situaciones de este tipo.