En este artículo sobre psicología hablamos sobre las fiestas navideñas y como afectan de forma negativa a muchas personas. La Navidad es posiblemente la época del año con mayor carga emocional. Nos despierta emociones variadas, y en ocasiones, contradictorias.
Con la llegada de las celebraciones y reencuentros podemos sentir alegría y emociones agradables, como la ilusión, la esperanza, el amor.
Sin embargo, también es común que aparezca ansiedad en estas fechas. Esto no sería algo raro, debido a que el hecho de organizarnos para varias cenas, planear y comprar los regalos para los seres queridos, organizar tiempo para posibles viajes y visitas, puede suponer demasiado estrés.
También es común sentir otras emociones desagradables como la tristeza o la culpa ante la falta de seres queridos o conectar con recuerdos del pasado.
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Cómo influye nuestra sociedad en la forma de vivir la Navidad.
Durante muchos años se nos ha transmitido la idea de Navidad como una época en la que la familia está unida, abunda la felicidad y destaca la variedad y calidad de la comida, así como también abundan los regalos.
Tenemos integrado la Navidad como sinónimo de felicidad,de forma que existe esta presión social por estar unidos, hacer reuniones familiares, también con amigos y que sean días de celebración y diversión. Sin embargo, esta no es la realidad de ciertas personas.
En los últimos años, se han hecho anuncios publicitarios durante la Navidad (como los anuncios de turrones Suchard o de la Lotería de Navidad) que dan otro punto de vista a esta época del año, tratando temas sociales como la humanidad, solidaridad, inmigración, mostrando situaciones sociales o familiares no tan ideales, tratando de desmontar esa idea establecida de “familia unida” y “alegría” como única opción, dando visibilidad a otros problemas sociales.
En Navidad es fácil que surjan ciertas creencias y reflexiones relacionadas con nuestra relaciones, nuestra familia, amistades e incluso, nosotros/as mismos/as, desde una visión negativa hasta estrés, ansiedad o tristeza. Pueden surgir pensamientos del tipo “no soy bueno/a para mi familia”, “no tengo suficientes amigos/as”, “estoy solo/a”..
El problema, en ocasiones, ocurre al no ser capaces de ver qué nos provoca la ansiedad o esta tristeza profunda, o en qué situación suele aparecer esa sensación de vacío, por lo que es importante identificar estas situaciones en estas fechas para comprender qué nos ha hecho sentir de esa forma y ofrecernos alternativas a nuestro malestar.
Estrategias para reducir los síntomas de ansiedad o depresión en Navidad
- Adelantar las compras. Esto puede ser una fuente de estrés para muchas personas, ya sea por tener que pensar en qué comprar y que sea un buen regalo, el gasto a nivel económico que supone y por la cantidad de aglomeraciones y personas en las tiendas en esta misma fecha. Por lo tanto, se recomienda anticipar, prevenir y planificar las compras lo máximo que podamos. Ya sean compras de alimentos y poder congelarlos hasta que llegue el momento, e incluso planificar regalos para evitar agobios a última hora.
- Reserva tiempo para ti mismo. En algunos casos tenemos que viajar a otro lugar para visitar a nuestros familiares o que ellos puedan venir ellos a nuestras casas. Al pasar más tiempo con los familiares y seres queridos, implica tener menos tiempo para nosotros, y podemos sentir cierto agobio en algunos momentos. Es buena idea reservar unos momentos para nosotros mismos, estar solo, relajarnos y hacer actividades que nos gusten.
- Prioriza lo que te apetece. Podemos sentir cierta obligación por visitar a muchas personas y estar reunidos. Es positivo conocer cuáles son nuestras prioridades, qué me hace sentir a gusto y de esta forma, poner nuestras prioridades en orden y guiarnos por éstas.
- Mantén la rutina: Son fechas diferentes a cualquier momento del año. Mantener dentro de lo posible cierta rutina nos ayuda a permanecer más relajados/as y disminuir niveles de ansiedad. Si habitualmente tenemos una rutina fijada, como hacer deporte, dormir cierta cantidad de horas, rutina de alimentación, es recomendable continuar haciéndolo en estas fechas con flexibilidad, sin irnos a los extremos como perder totalmente la rutina o no poder salirse de ella.
- Tener un plan de estrategias en momentos de estrés. Habitualmente, sabemos qué estrategia nos funciona para relajarnos, es recomendable ponerlo en práctica en estas fechas si nos sentimos demasiado ansiosos/as. Ya sea realizar respiración diafragmática, escribir en un diario, escuchar música relajante, etc. Es importante tener este plan, conocer qué nos funciona y dedicar un tiempo a llevarlo a cabo. Si no lo conocemos, una profesional de la salud mental nos puede ayudar a practicarlo y descubrirlo.
- Modificar nuestro discurso interior. Los “debería…”, “tendría que…” A veces nos invaden creencias negativas irracionales que nos provocan malestar, en forma de “debería ir a ver a mi familia” “tendría que pasar la Navidad con mamá o papá”. Sentimos la necesidad de querer actuar conforme las expectativas, impuestas por los demás o por nosotros mismos.
Es importante preguntarnos si eso que vamos a hacer es un “debería” autoimpuesto o es algo que realmente queremos hacer, dándonos la oportunidad de poder elegir lo que hacemos. “Realmente quiero pasar este día a solas con mi hijo viendo películas de Navidad”.
Aun así, es una etapa complicada que, como hemos comentado, despierta muchísimas emociones y nuestras inseguridades. Si sueles sentir ansiedad en Navidad y te suele ser difícil gestionar esa ansiedad, buscar tiempo para ti, mantenerte relajado/a, puedes pedir ayuda al equipo de psicólogas para adquirir algunas herramientas.