El comportamiento proactivo es una forma de gestionar lo que nos pasa o lo que queremos que pase. Al saber que podemos gestionar nuestra reacción en una circunstancia dada, nos permite ejercer una fuerte influencia sobre la situación misma. Además, muchas personas optan por terapia online psicologica para mejorar su bienestar y desarrollar habilidades proactivas.
La proactividad es una elección, que podemos hacer en nuestro día a día, para actuar y reaccionar ante determinados acontecimientos o necesidades de una manera que nos favorezca a nosotros/as y a nuestros objetivos. Se trata de elegir nuestra actitud y comportamiento ante destinas situaciones.
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Proactividad y reactividad
Hay dos tipos de formas de actuar ante una situación: de forma reactiva y de forma proactiva.
Cuando hablamos de proactividad o actitud proactiva, hablamos de asumir la responsabilidad de nuestros actos, es decir, nuestra reacción depende de nosotros y no de una causa externa.
Se trata de ser conscientes de que tenemos influencia en cómo reaccionamos en cualquier contexto o situación, y que podemos decidir actuar para lograr un objetivo determinado.
Por el contrario, cuando hablamos de reactividad hablamos de falta de responsabilidad, es decir, nuestra reacción no depende de nosotros/as sino que depende en gran parte de una causa externa.
Si nuestra reacción depende únicamente de factores externos, no hay nada que podamos hacer al respecto y en ciertos contextos, puede dar lugar a desesperanza, emociones, pensamientos negativos y comportamientos dañinos hacia nosotros/as mismos/as y hacia el resto de personas.
¿Cómo es la actitud de una persona reactiva? ¿Cómo es la actitud de una persona proactiva?
Las personas reactivas dependen de las circunstancias y situaciones; no tienen control sobre sus reacciones y están influenciados por factores externos como el comportamiento de otras personas.
A diferencia de los reactivos, las personas proactivas tienden a asumir responsabilidades. Son conscientes de que su estado de ánimo, la calidad de lo que hacen, cómo se sienten, qué sienten, cómo actúan y reaccionan ante los acontecimientos no depende únicamente de un factor externo (ya sea el entorno, las personas, el tiempo…) sino que también depende de ellos/as mismos/as. Saben que, en cualquier situación, siempre pueden actuar de cierta forma, tienen elección.
La actitud proactiva consiste en no pasar pasivamente por un evento sino en actuar activamente siendo consciente de que, eligiendo la reacción y/o actitud adecuada, se puede influir y dirigir las circunstancias que se están viviendo.
Lo que tienen en común las personas con actitud proactiva y las personas reactivas es la influencia de los estímulos externos (físicos, sociales, psicológicos) pero lo que diferencia sustancialmente a las personas proactivas de las reactivas es la respuesta a estos estímulos.
Las personas proactivas se mueven por lo que creen y responden a los estímulos externos en base a sus valores.
La proactividad es uno de los pilares de toda persona exitosa (sea cual sea tu significado de éxito). Las personas proactivas son conscientes de que con sus acciones tienen el poder no sólo de cambiar sino también de hacer que las cosas sucedan, podemos decidir nuestra actitud ante los acontecimientos y por tanto, influir en ellos. Los que viven esperando, se conforman con lo que viene, no hay libertad de acción, se deben al destino.
No se trata de ser “el/la mejor”, se trata de ser tu mejor tú
El enfoque proactivo también tiene otra característica interesante: nos permite ” ser ” algo que no somos actualmente pero que, podemos llegar a ser. Puedes ser más habilidoso/a en algo, más disciplinado/a, más persistente, etc. Y se puede hacer esto trabajando nuevos patrones de comportamiento. Tener esta actitud deja de limitarnos por las etiquetas ya que nos permite “cambiar” aquello que queremos mejorar.
Las personas proactivas aprenden de sus errores y hacen un uso consciente de la información que deriva de los fallos. Proactividad significa decidir algo, tomar la iniciativa y mantener el compromiso.
No todo es actitud, los factores externos y el contexto nos influyen y es imposible saber gestionar nuestros comportamientos, emociones y reacciones al 100% en todo momento. Pero saber esto es parte de ser una persona proactiva, entender que somos humanos pero que existe la oportunidad de mejorar, en algún aspecto, de comprometerse con uno/a mismo/a, que siempre hay libertad, como muestra V.E. Frankl (1946) en su libro “El hombre en busca de sentido”.
Cuando luchamos por nuestros propósitos, aceptamos ciertas situaciones negativas y tenemos la voluntad de seguir adelante sin resignarnos, agradecemos las cosas buenas que tenemos y las valoramos, perdonamos a otras personas o a nosotros/as mismos en el pasado, empezamos un proceso de terapia, tomamos decisiones, reaccionamos de manera diferente y aprendemos de los errores…estamos siendo personas proactivas.