En este nuevo blog sobre psicología de psicologiamariapalau y más en concreto sobre habilidades personales, hablamos sobre 5 simples acciones que pueden ayudar a subirte el ánimo de forma muy sencilla. Mantener un buen estado de ánimo no es sencillo y conocer trucos y herramientas favorecerá que consigas tus objetivos.
La terapia individual online, al igual que la terapia grupal, pretende ayudar a quienes desean desarrollar sus recursos para afrontar las dificultades y los problemas de su vida.
[SHORTCODE_ELEMENTOR id=»16243″]¿Conoces esos días en los que necesitas alegría? Son esos días en los que, nada más levantarte, ya sabes que nada va a salir bien.
No es fácil conseguir animarse porque a menudo hacemos exactamente lo contrario de lo que deberíamos hacer: nos regodeamos en este sentimiento de tristeza y desánimo, obviamente porque a eso nos empuja la emoción de tristeza. Pero si somos conscientes de ello, podemos ser capaces de regularla con algunas acciones distintas.
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Cómo subir la moral afectada por las dificultades cotidianas
¿Qué haces cuando estás triste? ¿Cómo te levantas el ánimo? Todos pasamos por días o periodos en los que nos sentimos como zombis. Sí, es cierto, nos sentimos deprimidos, sin necesidad de que sea una depresión. Es posible que te muevas casi por inercia y tu postura, palabras y comportamiento expresan tu estado de ánimo muy claramente: estás triste y desmoralizado/a.
En estas situaciones te gustaría estar solo/a, alejado de los amigos/as, de los compañeros/as y de los miles de mensajes que recibes en el móvil y en el correo. En cambio, no puedes porque tienes mil cosas que hacer.
4 acciones para subir el estado de ánimo
1) Ocuparse
Empecemos con esta sencilla forma de animarse. Aquí tienes lo que debes hacer cuando estás de bajón. El error más común que cometes es seguir pensando en lo que te duele, en lo que te llevó a ese estado emocional negativo y que a lo mejor no se puede cambiar. Te alejas de cualquier estímulo que te haga penar en otra cosa.
Si te metes en este círculo vicioso de pensamientos, es muy difícil que puedas salir de ahí. Lo primero que hay que hacer entonces es dirigir tus pensamientos hacia algo agradable.
En el lenguaje del crecimiento personal, se llama enfoque. Funciona exactamente igual que el objetivo de una cámara: enfoca lo que se apunta. Cambia el enfoque y al hacerlo tu cámara encuadrará otra cosa: sólo estará enfocada en eso.
Algunas maneras de cambiar este enfoque: leer un libro, pintar o hacer algo manual, quedar con amigos/as… (actividades agradables en las que te tengas que involucrar psicológicamente).
2) Cambiar la forma en la que te hablas
«Este día es un horror, que asco. No puedo más. Estoy destruido/a y enfadado/a. Nunca tengo tiempo para hacer lo que quiero … »
La manera en la que te hablas es muy importante. Si nos involucramos emocionalmente en estos pensamientos las emociones negativas aumentas y arrastramos esa tristeza durante más tiempo y más intensidad.
Las palabras que utilizas generan emociones. Por tanto, es esencial que prestes atención a lo que dices, porque las palabras son el principal medio a través del cual te comunicas con los demás y también, y sobre todo, contigo mismo/a.
3) Elige bien las preguntas que te haces
Seguro que alguna vez te hacer preguntas del tipo: «¿Pero por qué yo?» «¿por qué a mi?»
Ten en cuenta que este tipo de preguntas generan respuestas que no son nada útiles. Sí, porque nuestro cerebro está programado para encontrar siempre respuestas a las preguntas que nos hacemos, siempre. Lo cual es obviamente algo bueno… siempre que las preguntas que te hagas tengan sentido.
Las respuestas que puedas darte a este tipo de preguntas negativas van a tener una serie de connotaciones que no te van a ayudar a salir del problema.
A) te hunden aún más. Si eres un/a perdedor/a, si todo te sale siempre mal, ¿cómo vas a poder afrontar el día y la vida en general?
B) hacen que te centres en el problema. Al hacerlo, pierdes de vista la resolución del problema. Esto es lo que hay que hacer cuando estás triste. En cambio, es importante que te hagas preguntas que te ayuden. «¿Cómo puedo llegar al trabajo intentando minimizar el retraso?» «¿Cómo puedo solucionar este problema?». Este tipo de preguntas genera alternativas y nos moviliza.
4) Actividad física
Hacer actividad física no sólo afecta al bienestar de nuestro cuerpo, sino también a nuestro estado de ánimo.
Nuestro cerebro desencadena la secreción de endorfinas, sustancias naturales que producen una sensación de bienestar y euforia que dura incluso después del esfuerzo físico.
La actividad física tenía un efecto antidepresivo natural. Imagina entonces el poder de la actividad física en tu bienestar y, por tanto, en tu calidad de vida. Ponte un par de zapatillas para correr, sal y corre.
No necesitas nada más para levantar el ánimo. No importa el tipo de actividad física.
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